martes, 19 de agosto de 2014

Over and Over

FALTAN 74 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK

En las casi vísperas del Maratón de la Ciudad de México, me alegra mucho la idea de que voy a correr algunos kilómetros acompañando a mi papá en su cuarto maratón.

Nunca se animó a correr maratones hasta que yo lo hice, corrimos juntos Austin en 2012, después corrió Monterrey ese mismo año (en el cual lo acompañé por 15 kilómetros), y después corrimos Chicago en 2013. Ahora voy a correr con él del kilómetro 15 a la meta del maratón de la Ciudad de México (sí tengo inscripción pero no recogeré la medalla, para evitar el vandalismo de abastecimientos y las prácticas estilo Roberto Madrazo).

Cada que termina un maratón dice que es el último. En Chicago inclusive se quejó bastante alrededor del kilómetro 21, con el hecho de que los maratones no son lo suyo, con que el entrenamiento es muy pesado, y que prefiere los triatlones o las distancias más cortas. Pero cada temporada se vuelve a animar...

Me gusta mucho correr con mi papá, y aunque él tenga que disminuir un poco el paso, sé que también disfruta mucho correr conmigo. De repente (cuando el entrenamiento lo permite y tengo un poco de aire para poder hablar) nos vamos platicando, y me impresiona su energía para ir por la pista saludando a quien se cruce por enfrente; yo soy más bien una corredora huraña, no saludo a los extraños y solamente sonrío, pero poco...

Terminando este maratón jura no hacer otro, que sólo hará triatlones olímpicos y correrá medios maratones...pero en algunos meses estaré publicando en este mismo medio cuál será nuestro siguiente maratón juntos...quizás Lala, o Berlín...

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