viernes, 1 de agosto de 2014

Memories

FALTAN 92 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK

Pues sí, ayer fui a correr al Sope, uno de mis lugares favoritos para correr. Y me llamó la atención mi entrenamiento de ayer, pues parte de la ruta que tuvimos en el medio maratón que corrimos el fin de semana pasado fue en el Sope, así que pude recrear por momentos el sufrimiento que viví el domingo pasado.

Fue una carrera pesadísima, muy sufrida, con muchas subidas y bajadas, de esas que parecen que nunca terminan. Y la realidad es que yo el año pasado ya había corrido esa ruta y sabía la que me esperaba, por lo que cuando la demás gente decía "ya es la última subida, sigue todo de bajadita hasta Reforma" yo pensaba "ilusos, faltan 4 kilómetros de subida, prepárense". Al final, todo eso se me olvidó cuando me colgaron la  medalla, con la satisfacción de que a pesar del poco entrenamiento que tuve para esta carrera logré acabarla de pie y sin mayores consecuencias que un ligero dolor de piernas al día siguiente. Y sí, ha sido mi peor tiempo en un medio maratón, pero en este momento los tiempos que marque mi Garmin es lo menos importante para mí.

Y a pesar de todo eso, esa no ha sido la carrera más pesada que he tenido, hace algunos años mi papá y yo hicimos un duatlón en Monterrey que fue un verdadero martirio. A pesar de que en ese entonces había estado entrenando consistentemente para mi triatlón olímpico, no me acuerdo si llegue en penúltimo o antepenúltimo lugar, pero usar la bicicleta en esa ruta fue toda una odisea, tuve que caminar largos ratos de la ruta porque las pendientes no me daban para poder rodarlas. Fue mi peor carrera por mucho, estuve adolorida días, y juré no volver a rodar nunca ese circuito. La medalla que me dieron ese día es la más chafa que tengo en mi colección, pero la que más sudor me ha costado, una de las más representativas para mí.

Espero que el maratón que estoy por correr no sea de esas carreras horribles; he leído reseñas que dicen que es un maratón difícil, que tiene varias subidas, que es bastante desgastante el hecho que empiece tarde, y que la logística dentro del evento es complicada; sin embargo, para todo eso hay que prepararse.

Después de todo, haber sufrido el domingo tendrá sus bendiciones, así como las traerá mi entrenamiento de ayer, el de mañana y todos los demás que tengo por venir.

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