lunes, 29 de septiembre de 2014

Madness

FALTAN 33 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

No tuve un buen fin de semana. Tal como lo anticipé, el masaje del viernes me dejó hecha garras y gravemente adolorida de las piernas.

Con esfuerzos me desperté el sábado dispuesta a correr los 20 kilómetros que me tocaban, y apenas pude correr 5. De los kilómetros más sufridos de mi vida, sentía que eran los kilómetros de afloje post-maratón, verdaderamente terrible...

Sin embargo, ya con más energías pude saldar la deuda el domingo, y nuevamente en el Naucalli, corrí mis 20 kilómetros completitos. En momentos me sentía ratón dando vueltas al mismo circuito, pues corrí casi 7 veces un circuito de 3 kilómetros, aunque tampoco fue aburrido. No conozco todos los parques de la ciudad, pero el Naucalli es un excelente lugar para correr.

Quedan solo dos semanas pesadas de entrenamiento, y quizás por eso es que siento las piernas pesadas. Esta semana pinta mejor que la anterior, tengo que viajar por trabajo y entrenaré en banda la gran mayoría de la semana, y el fin de semana me tocan 25 kilómetros para los cuales espero en Dios ya no estar adolorida.

En realidad el entrenamiento para el maratón tiene 4 o 5 semanas realmente pesadas, el resto son puras endorfinas y felicidad. Yo estoy pasando por esas semanas del terror, en las que realmente me parece una locura haber tomado la decisión de correr otro maratón, ¿realmente es una decisión inteligente someterse a este sufrimiento? ¿todo para volver a correr el maratón en alrededor de 5 horas? Suena (y quizás es) bastante estúpido, pero ya estoy en esto y bajarme del barco a estas alturas sería peor fracaso que correr mi peor tiempo en Nueva York.

Sé que el tono de este blog cambiará en un par de días y todo volverá a la normalidad, a la emoción por estar ya casi ahí, y a la sensación de que ya hemos hecho todo para cruzar esa meta; pero hoy, me mantiene con vida saber que al terminar mi entrenamiento más pesado en dos semanas, me espera el Corona Capital de recompensa, y de ahí, el fabuloso taper.

Quizás sea como dice mi papá, llega un momento en que lo único que necesitas para terminar el maratón es paciencia. Lo mismo con los entrenamientos, paciencia, constancia y buen ánimo.

Lo peor es que todo esto lo desató un masaje, martirio que tengo que repetir en un par de semanas, por indicaciones de mi entrenador...

viernes, 26 de septiembre de 2014

King of Pain

FALTAN 36 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

Recientemente tuve mi primer experiencia realmente desagradable dentro del entrenamiento para un maratón: los masajes deportivos.

Son odiosos, se supone que hacemos deporte para tener endorfinas y ser felices, tener una actitud positiva y sentirnos bien. Pero un masaje deportivo implica todo lo contrario, no solo me dejaron más adolorida que antes, sino que tuve que pagar por ello.

Los maratonistas somos seres bastante masoquistas, y no solo lo digo por el dolor físico al que nos enfrentamos en los entrenamientos, sino también a los padecimientos emocionales y mentales que tenemos que superar para poder lograr nuestros objetivos. Bien dicen que los maratones se corren con la mente, así que es de imaginarse el reto mental que implica correr por más de 3, 4 o 5 horas, y vuelvo a lo mismo, nos gastamos a veces hasta varios cientos de dólares para lograrlo.

El dolor viene manifestado de mil formas, y creo que nos hacemos adictos a éste. Todo dentro de sus propios límites, pero para mí no hay nada más delicioso que sentir ese dolorcito muscular leve después de un entrenamiento, me significa un logro.

Realmente hacer estos esfuerzos y sacrificios es algo que bien vale la pena, y ningún maratonista me dejará mentir al respecto, pero la realidad es que durante el proceso del entrenamiento pasamos por muchas y muy variadas emociones que nos pueden llevar hasta a dudar por qué seguimos haciendo esto una y otra vez, sobre todo si somos maratonistas reincidentes.

Yo tengo enfrente las 3 semanas más pesadas del entrenamiento, ya llevo una carrera de 28 kilómetros corridos y la gran mayoría del trabajo ya se encuentra hecho (la motivación, las bases, el compromiso y las primeras carreras largas), pero es fundamental mantenerse motivados y con energías para la recta final. Después de estas 3 semanas horribles volvemos a las bendiciones del maratón: nuevamente los entrenamientos se reducen a 5-7 kilómetros cómodos, nos olvidamos de las series de velocidad, y nuestras carreras del domingo empiezan con el número 1, no con el 2 ni con el 3.

Espero que la dolorosa experiencia de mi masaje tenga buenos resultados durante la semana y me permita poder correr más y mejor. Por lo pronto, mañana corro 20 kilómetros...suenan ya pocos...


miércoles, 24 de septiembre de 2014

Living on the Edge

FALTAN 38 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

Ayer me regañó mi entrenador, porque no había ido a sus entrenamientos y porque traía las piernas destrozadas por mi entrenamiento del domingo.

Me dijo que no hay que correr en Reforma ni en Chapultepec porque la superficie del pavimento es muy fuerte para las piernas, es mejor correr en arcilla. Eso ya lo sabía, pero no hay poder humano, hasta ahora, que me haga despertarme a las 5 de la mañana un sábado para ir a correr al monte o a un parque lejano.

También me dijo que me tenía que cuidar mucho si quería correr y terminar bien ese maratón, y me tengo que hacer un masaje ya, hoy o mañana, de forma urgente...

No me preocupa tanto el regaño en realidad, ni el hecho de que me tengo que tomar aún más en serio el entrenamiento, sino que ninguna de las recomendaciones que me dio las he hecho en el pasado y aún así he terminado dos maratones.

¿Cómo pude entonces terminar dos maratones de pie? Quizás los terminé de puro milagro, al borde de una lesión, pero nunca me he sentido mal tras terminarlos, salvo por los típicos achaques de después del maratón, y manteniéndome lo más lejos posible de las escaleras.

Quizás me guste vivir cerca del peligro, o más bien sea el hecho de que no me doy cuenta de los riesgos, pero por esta vez le voy a hacer caso a mi entrenador. No me cuesta nada, me quedan 6 semanas de entrenamiento, 3 pesadas y 3 ligeras, ya no es nada después de todo lo que llevo avanzado.

Si haciendo las cosas mal he terminado dos veces la hazaña, la lógica me indica que haciéndolas bien la terminaré aún mejor. Eso espero, si no, al menos espero que los grandes esfuerzos que se me vienen enfrente me ayuden a bajar un par de kilitos más antes de la carrera.

Creo que corro más riesgo lastimándome si no le hago caso al entrenador, que si le hago caso, ¿cierto?

En otras noticias y brevemente, parece ser que la naturaleza me pide a gritos que deje el ipod para correr. Primero se me borra mi playlist, después la computadora no me deja usar itunes, después la pila de mi teléfono no aguanta lo suficiente para completar mi lista de Spotify, después olvido los audífonos. Toda esa reseña, para concluir con que ayer tuve que chutarme mis 10 kilómetros de entrenamiento escuchando solo mis pisadas y mi respiración. No fue tan desastroso como lo hubiera pensado, pero me rehúso a dejar de escuchar Arcade Fire cuando corro...

martes, 23 de septiembre de 2014

Sometimes in the Fall

FALTAN 39 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

Dicen que los mejores maratones se corren en otoño. No sé si esto sea cierto, pero quizás tiene que ver porque 3 de los majors (Berlín, Chicago y Nueva York) se corren en esta estación, casi uno tras otro.

La emoción está a flor de piel, y ha vuelto a las redes sociales la euforia maratonista, después de una breve ausencia tras el paso del maratón de la Ciudad de México. Otra vez todo gira alrededor de los maratones, que si habrá récord en Berlín, que si en Chicago correrá alguna estrella del atletismo, que si ya está a la venta la mercancía oficial de Nueva York...

Por lo pronto unos ya terminaron su etapa pesada y están en el llamado "taper", otros tienen este fin de semana su última carrera larga, y otros como yo apenas llevan una y no ven el final.

Mi carrera del domingo fue realmente pesada, corrí 28 kilómetros muy lentos, muy sufridos, muy tarde, pero muy bien corridos. Tenía dos semanas sin correr largo y mis piernas me lo reclamaron en cada paso. Sin embargo, a pesar de que por mi mente pasó parar cuando llevara 25, después cuando llevara 27, y hasta cuando me faltaban 400 metros, agarré valor del sabor a Gatorade que llevaba en mi boca (ya no traía ni agua, ni geles, ni Gatorade), y los terminé con una sonrisa en la cara y, me disculpo por el lenguaje, gritando "A LA CHINGADA, LOS ACABÉ, VÁMONOS".

Con este entrenamiento le di la bienvenida al otoño, me reporto lista para correr 21 kilómetros el domingo, y terminar otra de 25, otra de 32 y otra de 20 antes de que termine el mes de octubre; sigo comiendo zanahorias (aunque después de mi entrenamiento del domingo confieso haber comido cacahuates) y coleccionando pensamientos positivos para mi maratón.

¡Adiós al verano y que este sea el mejor de los otoños! Lleno de maratones, mi cumpleaños, el pan de muerto, el Corona Capital y las compras navideñas...

lunes, 22 de septiembre de 2014

Bajo tu Pisada

FALTAN 41 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK, y a mi solo me faltan 3 largas! Que emoción, ya se va acercando la fecha!

Sin embargo, hoy no quiero hablar de mis hazañas del fin de semana, ni de lo que descubrí de mí misma y de los demás en mi carrera larga de ayer.

Desafortunadamente, este fin de semana fue muy triste para la comunidad corredora y triatleta. Primero, hubo un accidente en Monterrey en donde un conductor ebrio arrolló a un grupo de ciclistas que se encontraban rodando en la Huasteca, una ciclista murió y otros varios continúan graves. Después, en el 70.3 de Cozumel que fue ayer, una persona falleció de un infarto.

No pretendo meterme en el discurso ya bastante trillado de no manejar bajo los efectos del alcohol, eso lo sabemos todos y sobre la conciencia del conductor quedará haber tenido tan mala suerte. Dicen que era tránsito, un servidor público, eso da todavía más vergüenza...

Cuando pasan este tipo de cosas, lo que más me entristece es saber que esas personas dedicaron la mayoría de su tiempo libre a hacer lo que más les gusta, y no se si para bien o para mal se fueron de este mundo haciendo precisamente eso. Sé que decir "pero murió haciendo lo que más le gusta" es consuelo de tontos, una muerte nunca conforta, ni las circunstancias que la rodean. ¿Lo merecían? No, nadie merece irse de aquí prematuramente, solo Dios sabe por qué nos pone en esa posición, y espero que Dios conceda fortaleza y fe a los familiares y amigos de los fallecidos, para entender su muerte.

Otros podrán pensar "por eso yo no corro", "rodar es peligroso", "corro menos peligro sentado en la sala de mi casa", miles de justificaciones para no hacerse sentir mal por no tener una vida saludable. ¿Realmente se corre más riesgo siendo sedentario que teniendo hábitos, digamos, audaces? Creo que ni la una ni la otra nos exenta de tener riesgos en nuestra salud, lo único necesario es cuidarse, checarse, medirse, no dejarnos llevar por los excesos (aunque es mucho más fácil caer en los excesos siendo sedentario que siendo activo, pero ese es otro tema).

La realidad es que miles de personas hacen triatlones, y son atletas de alto rendimiento, de medio pelo, o solamente hacen las competencias por convivir. Todos estamos expuestos a riesgos, los que corremos porque lo hacemos por las calles, o de noche, o en lugares en donde nos podemos perder, o peor aún, de caernos vergonzosamente de la caminadora; los que ruedan porque corren peligro de ser atropellados, de que el líder del pelotón se caiga y ocasione carambola; los que nadan...¿estarán expuestos a algo que no sea una lesión en la espalda? No lo se pero a todos nos toca un pedacito de riesgo, y creo que en cierta forma eso hace nuestro hobby un poco más interesante.

Hoy simplemente mi corazón se entristece por estas situaciones...pude haber sido yo, o una de mis amigas triatletas, o alguien de mi club de corredores, o un completo desconocido, pero se fueron dos vidas, haciendo lo mismo que yo hago...

Nadie entiende los caminos del Señor, quizás necesitaba dos triatletas en su equipo y por eso se las llevó, para seguir completando triatlones en el cielo...descansen en paz...

jueves, 18 de septiembre de 2014

Eat that up, it's good for you

FALTAN 44 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

Hoy me toca ir a la dieta! Por viajes, fiestas patrias, razones personales y hasta hormonales, creo que el resultado no será del todo satisfactorio, pero aún así iré para ver cómo andamos. Sí he estado entrenando y la ropa me queda igual o mejor que hace algunos días, así que creo que tampoco saldré llorando de la cita.

Me ha sentado bastante bien esta dieta, sobre todo que no me da hambre y puedo comer muchas frutas y verduras, lo cual ya hacía pero no con tanta frecuencia. También porque he aprendido a comer menos porciones, y llenarme con verduras, así como a encontrar nuevos menús ricos y sin muchas calorías.

Lo que más me ha gustado es que me ha mantenido motivada, quizás no he bajado tanto en peso, pero sí sé que tengo muchas ganas de aprender cómo optimizar mis energías para bajar de peso y poder entrenar más y mejor, y para mí eso es más ganancia que bajar 2 kilos por semana.

También he estado leyendo varios blogs y artículos acerca de la nutrición, e inclusive corro el riesgo de convertirme en una de esas personas odiosas que todo el tiempo está hablando de lo mucho que engorda el pozole y demás antojitos mexicanos. Últimamente es un tema de moda, pues la obesidad está a la orden del día y la gente quiere (solo quiere porque la realidad es que pocos lo hacen) tener una vida más saludable, además de que los medios y la sociedad mexicana nos han educado en los últimos meses a odiar las bebidas azucaradas y comida chatarra. ¿Cuándo terminará esto? ¿Realmente es una moda?

Mucho trabajo me ha costado cambiar del "corro para comer" al "como para correr", pero creo que tiene sus ventajas. No sé si ha sido el entrenamiento, el hecho que he bajado un poco de peso, los ánimos, o un poco de todo, pero he estado reduciendo poco a poco mis tiempos, y ahora correr a 6:45 no me cuesta tanto trabajo como hace un par de meses.

Espero poder llegar pronto a mi objetivo, por lo pronto aún no me he hartado de comer zanahorias en lugar de cacahuates; ojalá la báscula se ponga de mi lado al rato...


lunes, 15 de septiembre de 2014

Fourth Time Around

FALTAN 47 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

Pues mi viaje a Torreón fue todo un éxito! Como lo anticipé, no hubo poder humano para poder entrenar durante estos días, pero lo pase increpible y me reporto lista para correr hoy 5K de afloje y mañana una distancia intermedia-larga de 18-20 kilómetros.

Sin embargo, lo mejor del viaje fue un "compromiso de borrachos" que hicimos, de correr el Maratón Lala el siguiente marzo. Yo ya lo había pensado, en 2015 querría correr Lala dependiendo como terminara Nueva York, ya que prácticamente tendría una semana de descanso (la semana post-maratón) e inmediatamente tendría que empezar de nuevo a correr.

Tampoco me agobiaba mucho seguir corriendo, tan es asi que ya me había echado a la bolsa la responsabilidad de correr el 21K de Nike a finales de noviembre (juro que lo hice solo por la camiseta) y esta vez no pensaba bajar tanto la guardia, para mantenerme en forma.

Pero aun así, es inevitable sentir miedo e incertidumbre. Nunca he corrido dos maratones en un año, es decir, en un periodo de 12 meses, y generalmente me regalo mis mesesitos sabáticos entre uno y otro, pero esta vez sera diferente.

Estoy consciente que pondré en riesgo las fiestas decembrinas, y que me tocará correr mis largas con frío en enero y febrero (en México no hace frío, pero Dios guarde la hora que tenga que ir a Monterrey en esas fechas), pero sé que la experiencia sera inolvidable y seguramente habrá valido toda la pena. Por fin podré correr por mi ciudad, y formar parte del mejor maratón de México, un maratón plano, bien organizado, generalmente sin calor y con mucha porra.

Así que hoy faltan 47 días para el Maratón de Nueva York, y 197 para el Maratón Lala! Vamos por mi cuarto maratón!


domingo, 14 de septiembre de 2014

In my Place

FALTAN 50 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

Ya solo me faltan 50 días para el maratón! No puede ser que después de tantos años de espera ya solo estén frente a mí 7 semanas de entrenamiento!

Mi entrenamiento de las dos semanas anteriores no ha sido el mejor y eso me tiene gravemente preocupada, pero por cuestiones de trabajo y viajes he tenido que sacrificar un poco mis salidas a la pista.

Sé que esto me va a costar valiosos minutos el 2 de noviembre, pero cuando no se puede no se puede. Adicionalmente, creo que entrar en pánico y estresarme no va a ser la solución, la solución será retomar tan pronto sea posible el camino del bien y retomar los entrenamientos con todas mis energías. Esto implica que a partir del lunes que todo regrese a la normalidad, no puede haber ninguna razón para perderme un entrenamiento, ninguna sola, ni mi aniversario el próximo 18 de septiembre (correré por la mañana no crean que voy a abandonar a Joe a su suerte en nuestro 4o aniversario).

En este momento escribo fuera de línea pues me dirijo hacia Torreón, la ciudad que me vio nacer y crecer, a donde casi nunca voy. En los 17 años que viví ahí nunca pisé los lugares de fama para correr, ni el Bosque ni el Campestre (debe haber cientos más pero esos dos son de los que más me acuerdo), y nunca lo he hecho. Este viaje desafortunadamente no me permitirá hacerlo, pero espero en algunos años tener la oportunidad de correr el maratón Lala y pasar por todos aquellos hermosos lugares con poca vegetación.

Conforme crecemos nuestras prioridades se van haciendo distintas, y evidentemente cuando estaba en prepa ni me interesaba correr (casi nadie lo hacía en realidad) ni me daban nostalgia aquellas avenidas, pero ahora sí lo hacen. Recuerdo que un grupo de amigas estaba en el equipo de atletismo de la secundaria y la prepa, estaban flaquísimas y creo que las envidiaba por eso. Ya ninguna de ellas corre a pesar de que si lo hicieran, seguro estarían en Boston en su tercer maratón.

En 50 días cambiaré los "cerros pelones" por Central Park, pero hoy ambas ciudades me provocan la misma ilusión.

Entrenen por mí este fin de semana, yo mi larga la correré el martes a mi regreso.

jueves, 11 de septiembre de 2014

Love to Hate you

FALTAN 51 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

¡Cómo no entrar en pánico si faltan solo 51 días para mi maratón! Algunos de estos días han transcurrido muy lentos pero otros se me van como agua.

Tengo justo el tiempo contado para completar la parte alta de mi entrenamiento, y hacer lo que se denomina "taper", conocido como el tiempo de más estrés y aburrimiento para los maratonistas, tras haber logrado las carreras más largas y experimentar ahora un poco de descanso pre-maratón.

Sin embargo, hoy quisiera hablar nuevamente de mi relación amor-odio con la caminadora. Por alguna razón me sigue pareciendo muchísimo más pesado correr en la caminadora que en la calle, y el aburrimiento que me provoca hacerlo muchas veces me parece desmotivamente y me ha orillado a saltarme entrenamientos.

Pero ayer, como no tenía más opción que hacer eso, fui al recientemente inaugurado gimnasio de mi edificio, y me subí a la caminadora. Las condiciones del gimnasio no pueden ser peores, tiene dos televisiones que no tienen señal ubicadas atrás de las caminadoras, y todos los aparatos de ejercicio tienen vista hacia una pared vacía. No hay música, no hay toallas, no hay ni siquiera toallitas limpiadoras, y además hace calor. Y sin embargo, mi entrenamiento de ayer fue muy bueno. Corrí casi 7 kilómetros en varios intervalos: 1.5 minutos caminando, 3.5 minutos a 7:00, 5 minutos a 6:45 y 5 minutos a 6:30.

Terminé no contenta pero sí satisfecha, al menos con la sensación de que si hoy el clima y el tráfico no me permite ir a correr con mi entrenador, no va a ser el fin del mundo hacer mi rutina en la caminadora. Esto ya es un gran avance, un paso gigantesco para mí,

¿A qué le adjudico esto? Las razones son muchas y muy variadas, pero creo que el pánico escénico que me está causando el ver que la fecha se acerca cada día más es la razón más importante. Otra razón es que estoy muy motivada con mi entrenamiento y mi dieta, por lo que no quiero romper el circulo virtuoso en el que me encuentro.

Hoy quisiera con todas mis fuerzas ir al Sope a correr con mi entrenador, pero no sé si podré hacerlo ya que el pronóstico del tiempo indica lluvia con granizo y eso implica que el traslado de mi oficina al Sope se aumente de 30 minutos a mas de una hora. Una de las grandes lecciones que he aprendido al vivir en una ciudad tan grande y complicada como esta, es que hay que aprender a optimizar los tiempos. Quizás correr en la intemperie sea un berrinche el día de hoy, por lo que si no va a ser posible, tendremos que atacar nuevamente la caminadora.

Quizás mañana mi reseña sea nuevamente una relación de odio hacia ella, pero ayer no me la pasé tan mal.

martes, 9 de septiembre de 2014

Why do I keep counting?

FALTAN 53 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK, y a mí me está entrando un ataque de pánico.

La semana anterior no pude entrenar bien, entrené dos días y uno de ellos no lo hice bien por falta de sueño y por mal clima. Tengo todavía 8 semanas para el maratón y creo que voy en buena forma y con aún mejor entusiasmo, pero si no quiero morir en el intento tengo que empezar a ser más constante y tomarle más seriedad al entrenamiento.

Ayer por la tarde leí una publicación de otra bloggera en donde decía que los corredores también tenemos nuestro "lado oscuro", y hablaba de todas las cosas que tenemos que dejar de hacer por hacer lo que más nos gusta, aunado al hecho de que aparentemente tanto sacrificio amerita tener una buena razón (o más bien justificación) para seguir en estas andadas. Para mayores referencias (y para leer un buen texto) sírvase remitirse a la siguiente liga: http://estilos.prodigy.msn.com/blogs-podcasts/vida/blog.aspx?post=44db8419-2a97-421e-842d-78ad8613d4d4#scpshrtu

El por qué corremos puede ser tan diverso como el universo de corredores mismo. Yo al igual que la escritora del blog arriba indicado, lo hago en parte para mantener un balance, pues cuando no tengo una carrera enfrente me encanta salir, desvelarme, ir de fiesta, comer cosas deliciosamente llenas de grasa...Pero también lo hago por sacar el estrés; correr simplemente me hace feliz y cuando algo me hace feliz tiendo a hacerlo de forma constante. Como ya lo he apuntado en este espacio, otra razón para correr es encontrar el momento en el cual puedo encontrarme con la música, Somos solo la música y yo, y eso me hace muy muy feliz.

También me gusta correr porque me gusta que me den medallas...en la secundaria y prepa, sin ser un estudiante mediocre sino más bien sobresaliente, no recibí muchas medallas, trofeos ni diplomas, así que cada medalla de mis carreras me representa un logro y me gusta portarlas con mucho orgullo, y exhibirlas en la pared con aún más.

Otra razón más para correr es ir superando mis propios límites. Nunca he sido una atleta ejemplar, y el hecho de poder conquistar una meta deportiva más es muy importante para mí.

Las opciones son infinitas, y conforme vamos evolucionando como corredores vamos encontrando nuevas razones y justificaciones para seguir corriendo; pero hoy simplemente tengo que hacerlo para ir a correr ese maratón que tanto he ansiado correr.

Si para eso tengo que dejar pasar momentos que transcurran después de la media noche, tendré que hacerlo por solo 8 semanas más, ya estamos en las últimas y el maratón amerita todas mis energías y concentración. ¿Por qué? Los que han corrido maratones saben la respuesta, los que no, cuando corran su primer maratón la sabrán...

viernes, 5 de septiembre de 2014

The Best of You

FALTAN 57 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

Estoy viendo en mis redes sociales una publicación de una empresa organizadora de carreras que dice "¿Cuál es la mejor carrera en la que has participado?" y me gustaría hablar hoy de este tema pues tenemos en puerta dos carreras que seguramente jalarán el ánimo de mucha gente: la carrera We Run Mexico de Nike y el Medio Maratón Rock and Roll de la Ciudad de México. Las razones por las cuales sucederá esto pueden ser diversas, aunque yo les adjudico simple popularidad, más nada.

Ya he corrido otras ediciones de la carrera Nike en México y a pesar de ser multitudinaria y con una logística complicada, es una carrera "cool", todos queremos salir a correr la semana siguiente con nuestra camisa con el número impreso (para mí la experiencia es odiosa pues jamás uso las camisetas de las carreras para correrlas y tener que hacerlo me agobia bastante). Sin embargo, lo que más me gusta de esta carrera es que anima a correr a gente que antes no corría y es un gancho perfecto para iniciarse en esta adicción.

Respecto al Medio Maratón Rock and Roll, he tenido la suerte de correr 2 medios maratones organizados por la empresa Competitor (San Antonio y San Diego) y también, a pesar de ser carreras muy comerciales, tienen su encanto. Las camisas son de muy buena calidad y las medallas son muy bonitas, por ejemplo, y las expos para la entrega de paquetes no le piden nada a la expo de un maratón internacional. Mi única preocupación para la edición de nuestra ciudad es que será carrera nocturna (solamente he corrido una carrera nocturna hace muchos años y odié la experiencia), y que seguramente costará entre 50-80 dólares, cuando los mexicanos estamos acostumbrados a pagar no más de 400 pesos por una inscripción a una muuuuy buena carrera. Ojalá me equivoque con el costo (pone changuitos).

Los corredores podemos definir una buena carrera por muchos motivos diversos, desde el paquete de competidor, la camisa (si te queda perfecta, el encanto es aún mayor), el hecho de haber logrado nuestro RP, la ruta, la compañía, hasta inclusive el clima.

Por estas y muchas otras diversas razones, las carreras a las cuales yo les guardo un cariño especial son las siguientes:

- Mi primer carrera de 5K, que fue la Carrera Duendes en 2008. La corrí junto con mi amiga Lorena Sánchez y mi papá. La terminamos sin parar, recibí mi primer medalla (no sabía dónde ponerla, qué hacer con ella), me sentí niño de 8 años recibiéndola con una sonrisa en la cara que jamás olvidaré, sensación que hasta la fecha no ha cambiado en todas y cada una de las carreras que he corrido.



- Mi primer carrera de 10K que, claro, fue una de Nike! En 2008, un 10K con mucho dolor al día siguiente, me enseño que yo puedo proponerme lo que yo quiera, y que pasara lo que pasara, tenía que volver a correr otra carrera de 10K sin sentir que me voy a morir. Solamente quería correr una carrera más, ahí terminaría todo y podría volver a mi vida normal...



- Mi segundo medio maratón, en Monterrey en 2010...estaba lo más y mejor entrenada que he estado, me sentí veloz todo el trayecto, hice mi mejor tiempo en medio maratón y me tomaron mi foto favorita de correr (sí, es la que se incluye abajo), la que cada vez que veo me inyecta energías. Todo bien en esa carrera, creo que hasta inclusive la hice sin hacer una sola parada al baño, algo épico en mí.



- La carrera Starbucks que hice en México hace varios años. Fue mi primer carrera en México y me sentía morir con la altura. Planee el viaje de Monterrey a México con el pretexto de la carrera, pero el verdadero motivo del viaje es la persona que me acompaña en la foto abajo incluida. La mejor porra de todas, lo adoro.



- Mi primer triatlón. Indescriptible lo que sentí al cruzar la meta, ni con los maratones he sentido esa felicidad. Me sentía realmente superman (ERA superman), había nadado, rodado y corrido el mismo día de forma consecutiva, había logrado bajarme de la bicicleta y ponerme a correr. Lo podía todo.



- El maratón de Chicago. Lo había logrado, terminé un maratón con poco entrenamiento y muy bajos ánimos, algo casi inconcebible. Fue una carrera de mucha reflexión, no terminé contenta por el resultado ni por la carrera en sí sino por lo que ese maratón me enseñó. Quisiera en un futuro volver a correrlo para realmente disfrutarlo por lo que es.



¿Cuál es la mejor carrera en la que has participado? La realidad es que todas dejan algo, en nosotros está hacerla la mejor de todas.

jueves, 4 de septiembre de 2014

Perfect

FALTAN 58 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

Vivimos en un mundo en donde todo mundo se preocupa por encontrar la perfección, en todo lo que hacemos, tanto nuestras actividades y obligaciones diarias como nuestros hobbies.

Por ejemplo, la última vez que me hice un corte de pelo la estilista me pregunto por qué tenía el pelo tan maltratado, le adjudiqué el daño al sudor y al cloro (de aquellas veces en que de repente nado) de mis entrenamientos, y me dijo que tenía que usar un shampoo especial, pues de lo contrario mi cabello seguiría maltratado de por vida. La verdad es que a pesar de que correr es un ejercicio que aparentemente es barato, los corredores gastamos muchísimo dinero en nuestro hobby (tenis, ropa, gomitas, geles, compresores, botes para correr, gorras, garmin, fitbit e incontables cosas más), por lo que no pretendo agregarle un gasto más para "echarme a perder menos el pelo" haciendo lo que más me gusta en la vida.

A este ejemplo de perfeccionismo le podemos agregar la empecinada obsesión de los corredores por ser rápidos. Frecuentemente nos encontramos con posters motivacionales que apuntan que no importa ser lento, que lo hacemos así porque amamos tanto correr que lo hacemos adrede para correr durante más tiempo, que rápido o lento una milla es una milla...y peor aún, cuando hacemos una mala carrera no queremos decir nuestro tiempo por vergüenza a que los demás piensen que somos lentos, o nos justificamos con miles de cosas que ni en nuestra mente hacen sentido.

¿Tan malo es ser lento que necesitamos tantas justificaciones? ¿Por qué la sociedad nos exige un tiempo menor al promedio?

Entiendo que correr sin mejorar nuestro desempeño es mucho menos divertido y gratificante que ir mejorando día con día, pero creo que tampoco nos debemos obsesionar por ello pues nuestras vidas no dependen de qué tan rápido o lento corramos nuestra siguiente carrera de 10K.

Quizás por pensar en que correr es solo un pasatiempo yo sigo teniendo malos tiempos, pero la verdad es que disfruto mucho correr a mi ritmo, y a pesar de que lo he mejorado y mejoraré bastante no pretendo obsesionarme con ello. Al final, corro para disfrutarlo y prefiero darme gusto a mí misma que darle gusto a los demás con mis récords.

Lejos de tener un tiempo perfecto, hoy prefiero tener una carrera perfecta, disfrutarla, sonreirle a la meta, tener algo de qué platicar al día siguiente, tener ese increíble dolorcito de piernas el resto de la tarde...todas esas cosas son hoy mi podio.

Puede ser que mañana cambie de opinión y decida convertirme en cheetara, lo cual seguro también será divertido...

miércoles, 3 de septiembre de 2014

What I like about you

FALTAN 59 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

Como complemento a mi publicación de ayer, y para que ahora sí le den like a mi publicación, hoy voy a decirles lo que más me gustó del maratón de la Ciudad de México.

Dejando a un lado la parte sentimental que me representa correr con mi papá y acompañarlo en uno más de sus logros, creo que este maratón tiene muchas cosas especiales para todos los que vivimos en esta ciudad y en este país. El recorrido es inmejorable, es verdaderamente hermoso correr por reforma, el bosque de Chapultepec, la Condesa, Polanco, y sobre todo, entrar al estadio. Los que vivimos en esta ciudad tenemos la fortuna de tener a nuestra disposición el Paseo de la Reforma para entrenar cada domingo por lo que no es novedad ver la Diana ni el Ángel de la Independencia, pero no es lo mismo verlo un domingo cualquiera que vivirlo junto con otros 20,000 corredores.

La entrada al estadio me parece increíble. Salvo por las dos ediciones del maratón/medio maratón de la Ciudad de México que he corrido, nunca había corrido una carrera que terminara en un estadio y realmente al entrar sí me sentí en los mismísimos juegos olímpicos. Independientemente de que haya poca o mucha gente en las gradas recibiendo a los corredores, una recepción así por parte de la meta es inolvidable.

La gente, en todo el recorrido. Nunca me había tocado participar en una carrera de cualquier distancia en donde tantísima gente saliera a las calles a apoyar, no solo con sus porras y gritos sino con agua, gomitas, coca cola, dulces, sandwiches con nutella, con lo que sea! Y la verdad es que mucha de esa gente no tiene a un solo conocido compitiendo en el maratón, simplemente sale a apoyar por gusto. ¿Por qué habrían ellos de sacrificar su desayuno del domingo para ir a echarle porras a un montón de desconocidos? No lo sé, pero es admirable y muy muy enriquecedor.

La mercadotecnia alrededor del maratón, los artículos promocionales que vendieron en la expo, el video que pusieron en la salida antes del disparo, todo (menos la bolsa que regalaron al final de la cual ya me quejé ayer) estaba padrísimo. Además el color verde da mucha vida y creo que por eso hubo muchos valientes que se atrevieron a usar la camisa del maratón en el evento (eso no se hace chavos, pero ojalá la hayan calado un día antes y/o hayan terminado el maratón sin rozaduras de ningún tipo).

Sin embargo, lo que más me gustó del maratón es la vibra que aún se percibe en toda la comunidad corredora por tal evento. Todavía mis redes sociales giran alrededor del maratón y cada vez hay más gente que publica que no puede esperar más para el año quentra volverlo a correr, entre ellas yo.

El año quentra que recibamos nuestra equis muchos de nosotros vamos a completar MEX (yo tengo la "M" y "E" de los medios maratones del año pasado y este), yo ya me quedaré ahí pero seguramente va a volver a ser una experiencia tan gratificante que me van a dar ganas de ir por el resto de las letras.

Felicidades a todos los nuevos y reincidentes maratonistas, no pudieron haber escogido mejor forma de pasar la mañana del domingo pasado...

martes, 2 de septiembre de 2014

De qué te quejas mujer

FALTAN 60 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

Y seguimos con la euforia del maratón de la Ciudad de México!!! Aún no encuentro las fotos que me tomaron miles de fotógrafos que estaban por toda la ciudad! La página de resultados solamente tiene las fotos de la meta y eso me agobia porque no se en dónde van a subir las demás! ¿Aparecerán?

Los organizadores del maratón se han esmerado sobremanera para hacer que este evento sea de calidad mundial, de obtener certificaciones múltiples, y hacer que sea un evento no solo popular sino también que sea visto como un imán para que se vea a México como un país de vanguardia. Al menos eso lo aparenta, por ejemplo, el hecho que como estrategia los maratonistas tendrán que coleccionar las 6 letras que conformarán la palabra MÉXICO (no voy a saber qué pensar si el año quentra corro el maratón y mi medalla es una espantosa equis).

En esta publicación no pretendo criticar los esfuerzos del gobierno de la ciudad por hacer un maratón de tal calidad, no cabe duda que tarde o temprano lo lograrán, pero aún hay varias cosas que se deben tomar en cuenta si desean hacer esto en un plazo más corto, por lo que me voy a tomar la libertad de dar mi humilde opinión respecto a varios detalles del maratón.

Empezaré por la expo, este año fue mucho mejor que el año anterior pero leí muchas quejas de que se acabaron muy pronto las tallas de camisetas. Si el maratón llena su cupo varios vaaarios meses antes, creo que una idea lógica y práctica sería preguntar a los asistentes qué talla de playera van a querer. Como en los maratones en el resto del mundo, escoges tu playera, no hay cambios, si engordas o adelgazas no te la vas a poder poner, punto. Así de fácil. El resto de la expo excelente, el lugar, el tamaño, la rapidez en la entrega de paquetes, el resto de los expositores, todo bien.

Otro punto en contra, o que al menos a mí no me gustó, fue que la bolsa que dieron al final con el paquete de recuperación es de mala calidad y se va a despintar, al menos la mía llegó a casa con varias partes sin pintura. Creo humildemente que es mejor no dar nada, a dar una bolsa que va a terminar despintada en el primer uso. Si lo que se pretende es que los maratonistas se lleven un recuerdo, éste tiene que ser de buena calidad, quizás fue mejor idea la camisa que dieron el año pasado, pues si eres lento como yo y solo alcanzas tallas extra-grande, la puedes usar de pijama y no se desperdicia el souvenir.

Sin embargo, creo que lo que más me molestó de este maratón fue el charco de lodo que se hizo en parte de la ruta. Entiendo que la lluvia es difícil de prever y que si el recorrido pasa por el Bosque de Chapultepec es casi inevitable exponerse a estos riesgos, pero fue demasiado molesto. No solo me ensucié los tenis, tuve que caminar varios metros (para mí no es problema, pero me hubiese yo perdido la calificación a Boston por esos 40 segundos de caminata y no saben la enfurecida que me hubiera dado), además de que después tuve que hacer una pausa para limpiarme el lodo de los tenis. Fue una lástima, pero la verdad es que esto no debería pasar en un evento de clase mundial, hay que preverlo.

Finalmente, la aplicación digital del maratón, un desastre. No solo la tenías que bajar de una liga extraña (no estaba disponible en la app store, y la que estaba era la del 21K que nunca actualizaron), sino que no servía bien. Para empezar, no tenía la función de seguir a tu corredor, había otras aplicaciones que hacían esto pero es una funcionalidad básica que debe tener la aplicación oficial del maratón. El teclado tampoco servía, tapa los campos para buscar los resultados de los corredores por nombre y no permite realizar la búsqueda. Todo mal, cero funcional.

Al final, las cosas buenas superan por muuuucho a estos detalles y de eso hay y habrá miles de publicaciones mías y de mucha gente más. El maratón lo hace la gente (corredores y espectadores) y es verdad que el que corre por gusto no se preocupa por los pequeños detalles. Quizás me atrevo a expresar esto por el hecho de que yo no corrí todo el recorrido del maratón y no formé parte de toda la experiencia integral.

El año quentra, si es que lo corro completo y recojo mi equis, quizás todos los detalles que pueda tener el maratón me den eso (equis).


lunes, 1 de septiembre de 2014

The Monster

FALTAN 61 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK

El maratón es un monstruo de mil cabezas...y no es necesariamente un monstruo maldito, pero cuando uno no entrena lo suficiente o no va bien preparado sí lo es.

Lo vi ayer en el maratón de la Ciudad de México, corrí con mi papá los últimos 25 kilómetros de su maratón, e hicimos una excelente carrera, quizás ha sido su mejor maratón en cuanto a ánimos y preparación. El único contratiempo que tuvimos fue que los últimos 4-5 kilómetros empezó a sentir un ligero piquete en la pierna que nos obligó a convertir los últimos kilómetros en pequeñas series de 400 metros.

Lo que le pasó a mi papá no es nada comparado con lo que uno vive en un maratón si no se prepara bien, o si no se planea bien la carrera.

Dicen que el mayor vicio de los corredores aspirantes a maratonistas es empezar la carrera muy rápido, al paso que corren quizás un medio maratón, pues el cuerpo, el cansancio, el calor y la desesperación empieza a hacer de las suyas en los kilómetros que muchos llaman "la pared", y ahí es donde comienzan los problemas.

Otra forma de sufrir un maratón es no hidratarse o alimentarse bien antes y durante la carrera...o intentar correrla sin estar realmente preparado para ello, ya sea por lesión o por falta de entrenamiento, o entrenamiento deficiente (como lo fue mi caso en Chicago).

Pero si uno llega bien entrenado, hidratado y con ánimos, el maratón puede ser la mejor experiencia de su vida...es una lucha contra uno mismo, en la que se experimentan diversos sentimientos a lo largo de 3, 4, 5 o hasta 6 horas...es una experiencia en donde al final, quizás lo único que se necesita es paciencia para entender que la meta queda más adelante.

A todos los que lo hemos hecho (o a casi todos), nos han quedado ganas de volverlo a hacer...la preparación es difícil y muy desgastante, y el maratón mismo lo podría llegar a ser, pero por alguna razón reincidimos en ello para volver a enfrentarnos al monstruo, aunque siempre con más armadura a cuestas.