miércoles, 29 de octubre de 2014

19th Nervous Breakdown

FALTAN 4 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

Mañana empezamos la hidratación y la carga masiva de carbohidratos. De verdad lo mejor de correr es que puedo comer carbohidratos antes de las carreras (y leche con chocolate después).

Ya tengo todas mis cosas fuera de sus cajones, mi ropa de correr, mi ropa de no correr, disfraz de mexicana para el desfile, camisa de los Gigantes, geles, zapatos cómodos, avena para el desayuno.

Cada día me pongo más nerviosa, al grado que soñé que perdía el camión, no llegaba tampoco al Ferry y no había forma de llegar a Staten Island. Creo que ha sido mi sueño de carrera más frustrante, después de aquel sueño en el que estaba en la línea de salida de un triatlón pero no había alcanzado a llegar a meter mis cosas a la transición, así que tenía que correr sin tenis y rodar sin casco (imposible, no te dejan salir de la transición, punto).

Ya de verdad quiero irme, las redes sociales del maratón ya mostraron la camisa y la medalla y ya quiero las dos cosas en mis manos; ahora sí no me queda ninguna duda de que terminaré este maratón y que me irá excelente.

Hoy no tengo nada más que decir, soy un manojo de nervios, ni me lean mañana...

martes, 28 de octubre de 2014

I Can't Do This

FALTAN 5 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

Con tanta emoción y trabajo no he podido escribir tanto como me gustaría. Ya estamos en la semana del maratón, se terminaron los entrenamientos largos y solo me queda una pequeña carrera de 5 kilómetros, un afloje de 30 minutos, y 42 kilómetros 195 metros por delante.

Mi último entrenamiento terminó con una sonrisa, una selfie (raro en mí porque las odio) y Comfortably Numb...

Ante la verborrea de maratón que me rodea, últimamente más y más gente me ha aventado el trillado discurso de "no sé cómo puedes correr tanto, yo no puedo correr ni una cuadra". Qué creen, yo hace 7 años tampoco podía correr, no voy a decir que ni una cuadra porque eso es una exageración, pero no podía correr consistentemente por 3 minutos (que son aproximadamente a paso lento unos 300-400 metros), no digamos por 5 kilómetros, y correr maratones era de loquitos (bueno, en realidad sigue siendo de loquitos).

Pero poco a poco y a lo largo de los años fui tomándole cariño al running, al sudor, al cansancio, a las medallas, a la lluvia, al lodo, a las series de 1000 (breaking news, ya no las odio mas!!!!), a las zanahorias baby, a todo...

Si miro hacia atrás me es difícil explicar cómo llegué de "yo no puedo correr ni una cuadra" a donde estoy hoy, es decir, a 5 días de mi tercer maratón. No ha sido fácil y me ha costado 6 años y muchos kilómetros hacerlo (tampoco sacrificando tanto, he de confesarlo), pero -disculpen la soberbia- SI YO PUEDO, TÚ PUEDES.

Sé que jamás voy a cambiar la frase "yo no puedo correr ni una cuadra" ni puedo evitar que las personas la sigan usando, y todavía peor, sé que cualquier respuesta que dé suena a bullshit y por lo mismo siempre que me dicen esa frase prefiero quedarme callada.

La verdad es que ese "NO PUEDO" muchas veces significa un muy respetable "NO QUIERO"; no a todos les tiene que gustar correr, pero no puedo evitar sentir en muchas de las personas que me dicen esa frase un poco de ganitas por "PODER HACERLO".

Si quieres correr un maratón lo puedes hacer, vas a tener que entrenar, vas a tener que QUERER ENTRENARLO, pero de que tendrás una medalla que diga "maratón" la tendrás, y ese es un momento que jamás olvidarás...yo el domingo si Dios quiere recojo mi tercera medalla con la palabra "maratón" en ella y créeme, hace 7 años yo tampoco podía correr ni una cuadra...

jueves, 23 de octubre de 2014

Take me as I am

FALTAN 10 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

Cuando empecé este blog faltaban 93 días para el maratón y ahora solo faltan 10! Esto no solo es señal de que el tiempo vuela, sino de que he escrito solamente 37 entradas en 83 días.

La verdad es que desde que empecé esto decidí que si no tenía nada bueno que decir, era mejor no escribir nada; pero aún así con esta ya van 38 entradas de las que me siento orgullosa, porque en cada una he escrito de la forma más sincera posible sobre mis aventuras como corredora amateur (muy muy amateur).

Esto me lleva a pensar que posiblemente muchas personas que me conocen y que por cualquier razón han llegado a leer alguna de mis entradas, crean que soy una corredora mediocre o conformista por no querer esforzarme a correr más y más rápido. Sin embargo, en mis 5 años de corredora he llegado a la conclusión de que la forma más fácil de abandonar un proyecto es hartándome de éste, tronándome y presionándome demasiado de forma tal que le deje de tomar gusto.

En este momento no estoy ni física ni emocionalmente lista para presionarme por mis tiempos, ni para pensar en obsesionarme con este hobby. De momento me gusta ser una corredora a la que también le gusta salir, me gusta tomar vino y divertirme, me gusta ir a conciertos y acabar igual de cansada que cuando termino de entrenar, me gusta sentarme a ver el futbol americano y tomar una cerveza, me gusta como soy aunque eso implique que de momento mi meta en el maratón no sea romper las 4 horas, ni calificar a Boston.

La realidad es que desde que terminé mi primer maratón en el 2012 estoy PLENAMENTE CONVENCIDA de que si quiero correr el maratón de Boston lo voy a correr y no por Charity. Me va a costar quizás 3 años de intenso entrenamiento, series de 400, de 1000 y de 2000, dietas y demás sacrificios pero cuando lo decida hacer lo haré.

Lo que ahora me llena de satisfacción es que tras tooodo mi entrenamiento para el Maratón de Nueva York no me siento ni fatigada, ni harta de correr, ni aburrida de entrenar; tan es así que no he dudado ni un segundo en inscribirme a un cuarto maratón, y quizás venga un quinto. Es posible que este sentimiento cambie el 2 de noviembre, pero no tendría por qué; la parte pesada de un maratón no es la carrera sino el entrenamiento, e intentaré recordar esto que escribo durante mis kilómetros 30 a 37 cuando ya me falten energías y ganas (ya del 37 al 42 es, y cito lo que escuché en un maratón "una carrera de 5K pedorra de Bonafont").

Hoy no vamos por Boston, vamos por Nueva York, para disfrutar la ruta y la experiencia de correr un Major, para disfrutar el viaje con mi novio y mis amigos, para gastarnos una fortuna en la expo, para ir a un Monday Night Football en el estadio que mi novio anhela conocer, vamos por la experiencia completa.

miércoles, 22 de octubre de 2014

I'm so excited

FALTAN 11 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

La emoción está al máximo, durante los próximos 12 días (los 11 que faltan y el día después del maratón) no hablaré de nada que no sea del Maratón. Bueno también puede que se cruce por la conversación el concierto de Café Tacuba al que iremos una vez que regresemos, lo cual también me llena de emoción.

Ya tenemos todo, cambiamos dólares, bajé la guía del corredor, vimos videos motivacionales del año pasado, revisamos la guía del espectador, revisé una y otra vez el pronóstico del tiempo, imprimí los boletos para el Monday Night Football al que iremos en Nueva York (que por cierto los Gigantes -quienes descansan esta semana- ya no juegan sino hasta ese día, lo cual me hace sentir que el maratón está ya enfrente de nosotros), he repetido el desayuno pre-maratón (avena hecha con agua de la cafetera) más de 3 veces, bajé la aplicación del evento. Todo, ya nos vamos.

Lo único que me falta es recibir mi camisa de la carrera (ojalá me quede! hace un par de semanas me quedaba medio kilito apretada) y mis geles, que vendrán en camino desde Monterrey esta tarde. También falta ver dónde cenaremos pasta el día antes del maratón, pero eso no está en mis manos en este momento.

Mi dedo también ha estado cediendo poco a poco, no he corrido pero ayer me puse los tenis durante más de dos horas y no sentí ninguna molestia, así que esta tarde mi dedo morado, mis tenis sucios y yo agarramos calle y nos calamos.

Me impresiona la emoción que me puede causar un evento así, no recuerdo haber estado tan emocionada cuando corrí el Maratón de Chicago el año pasado, o quizás lo que sucede es que no quedó registro de ello, pero creo que la parte más emocionante del maratón es sentir toda esta adrenalina venirse encima. Con esta emoción se olvidan las desmañanadas, la pesadez de correr 30 kilómetros, el haber renunciado tantas veces a "otra copita más de vino", el haber corrido 12 veces los Viveros de Coyoacán, el haber entrenado más veces con lluvia que sin lluvia, y sobre todo el haber comido más zanahorias que cacahuates durante muchas semanas más de las que hubiera querido.

Entre más pasen los días más grande serán la emoción y los nervios. Hoy soy un manojo de felicidad, soy "bright and shiny" y no me avergüenzo ni me arrepiento de ello...aprovéchenme así porque estos momentos para mí son breves destellos...

lunes, 20 de octubre de 2014

Don't Dance

FALTAN 13 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

Ya mero nos vamos, el fin de semana corrí mi última carrera de más de 20 kilómetros y con eso ya prácticamente terminé mi entrenamiento.

El sábado me desperté muy temprano para ir a correr 24 kilómetros en el sur de la ciudad, para de ahí, dirigirnos hacia Cuernavaca a una boda.

Los 24 kilómetros físicamente no me dolieron pero mentalmente fue todo un reto. Fui a correr a los Viveros de Coyoacán, por recomendación de varios amigos y, sobre todo, de mi entrenador. La pista del parque mide 2 kilómetros, por lo que sin hacer mucho esfuerzo matemático para calcularlo, le tenía que dar 12 vueltas al circuito.

La primera se fue como agua, la segunda y tercera vueltas estuve muy acelerada mentalmente (confieso que se me empezó a venir encima la distancia, me asusté) por lo que me tuve que parar a calmarme y tomar un poco de aire. Después las vueltas se sintieron más pesadas conforme iban avanzando, pero cada vez faltaba una menos. Las últimas dos fueron un martirio de 14 minutos cada una...

Me subí al coche para agarrar carretera y sentía las piernas muy cansadas, pero después de un baño, la comida de la boda y un vino tinto, se sintieron mucho mejor. Estaba lista para disfrutar el fin de semana.

Había prometido no bailar (por el cansancio y el dolor que sentía) pero obviamente rompí mi promesa y estuve en la pista más del tiempo que ordinariamente paso cuando voy a una boda, sin tacones, claro. Eso ocasionó que me dieran dos pisotones en el dedo gordo del pie derecho, y el resultado es un dedo morado e hinchado, que se ve peor de lo que se siente pero que aún así asusta.

He pasado tanto tiempo preocupándome por mis piernas, que había olvidado preocuparme por mis pies. Hoy me duele el dedo, puedo caminar pero aún no he corrido por lo que es un misterio. Sé que no lo tengo roto porque lo puedo mover en todas las direcciones y puedo mantenerme parada por tiempos largos sin dolor, pero ¿y si no puedo correr?

Tengo tiempo suficiente para que se deshinche el dedo y le vuelva el color, ya entrené lo suficiente como para que perderme un entrenamiento de 18-20 kilómetros este fin de semana comprometa mi maratón, pero no me voy a dejar.

¿Por qué siempre tiene que haber problemas antes de una carrera importante? ¿Será parte de los mismos nervios? ¡Que levante la mano aquel que no haya sentido una contractura o lesión unos días antes del maratón! Es casi inevitable. Sé que no es culpa de la boda ni de bailar, me hubiera pasado lo mismo quedándome descansando en la casa, seguramente con una patada que le hubiera dado a la pata de la cama, o al sillón de la sala, me conozco.

Pero ya nos vamos, en este momento confío en que mi pie estará bien, y si no mi mente lo rescatará durante la carrera en 13 días.

jueves, 16 de octubre de 2014

Off We Go

FALTAN 17 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

Ya me mandaron los datos del maratón! Número de corredor: 55622, hora de salida: 10:55, color azul, corral A.

Con esto ya el maratón se convierte en realidad, no fue un sueño ni entrené en vano, nos vemos en 17 días en Staten Island para salir a correr 42 kilómetros por las calles de Nueva York.

Cuando llegó el correo no pude evitar pensar lo tarde que salgo, me pusieron en la última hora de salida (aunque en el primer corral), y eso que en mi formato de registro incluí como tiempo estimado 4:30! ¿Qué hubiera pasado si hubiera puesto como tiempo estimado las 5 horas con 15 minutos que quizás haré, me hubieran mandado a correrlo hasta el lunes siguiente?

Y hasta ahora es cuando doy gracias de mi bendita flojera que me permitió entrenar varias distancias largas al medio día, sé que no es tarea fácil empezar a correr a las 11 de la mañana, pero hasta para eso entrené.

Todavía no me la creo, por alguna razón mis distancias largas no me pesaron tanto en este entrenamiento y eso me preocupa porque no se si eso es buena o mala señal, pero tengo fe en que cuando mi cuerpo ya no pueda mi mente estará ahí para rescatarme, y terminaremos ese maratón con la frente el alto.

Lo que me pesa ahora, lo que realmente me agobia, es el precio del dólar...el maratón qué! Repetiré esto hasta el cansancio del kilómetro 32 al 38 el siguiente 2 de noviembre.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Inspiración

FALTAN 18 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

Antes era una asidua lectora, me comía los libros en días. Desafortunadamente, aquellos tiempos de literatura se han ido desvaneciendo con el tiempo, en parte porque tengo ahora poco tiempo para mí, y en parte porque el poco tiempo para mí lo gasto (literal) en redes sociales, ver series de televisión y navegar en internet. Es algo de lo que me avergüenzo y durante 2-3 años seguidos ha sido, sin éxito, mi propósito de año nuevo. Sin embargo, entre mis libros pendientes por leer (que ya ascienden a quizás una decena) tengo algunos libros relacionados con correr, entre ellos Born to Run, de lo que hablo cuando hablo de correr, y Once a Runner. Los tres actualmente empolvados.

Recientemente mi novio me convenció de que la mejor idea del ser humano en el siglo XXI eran los audiolibros, que adquiriera una suscripción a Audible y de ese modo el tráfico se iba a hacer más ligero y hasta quizás disfrutable. No pude resistirme a la tentación y conseguí mi membresía. Pago alrededor de 15 dólares mensuales para poder bajar un audiolibro al mes, y tengo descuento para bajar más libros en caso de que me termine pronto mi libro y quiera descargar otro.

El primer audiolibro que compré se llama "The New Rules of Running", escrito por David Allen y Vijad Vad. Disfruté mucho leerlo porque me dio varios tips que, aunque los sabía, no está de más recordar, y estaba escrito de una forma hasta cierto punto digerible. Un libro que se trata de cómo lograr tu mejor maratón y medio maraton, cómo entrenar, cómo no lastimarte...todo eso sin sonar demasiado arrogante ni agobiar de más.

El segundo libro que compré y el que actualmente leo se llama "Running Like a Girl" de Alexandra Heminsley. Cuenta las aventuras de una corredora amateur (como yo), lenta (como yo), que creía que jamás iba a poder correr un maratón (como yo), que inspirada por su papá empezó a correr (como yo). Me he sentido muy identificada con el libro porque detalla de una forma muy similar a mi forma de pensar, lo que ella vive mientras corre, mientras platica de eso, mientras compite, mientras se frustra por no poder correr tan rápido o tan lejos como quisiera.

Todo esto que he aprendido de mis audiolibros me da fuerza para que dentro de 18 días deje todo en las calles de Nueva York. Prometo que en el 2015 leeré los 3 libros que tengo empolvados, y seguramente me servirán de inspiración para mi siguiente reto.

martes, 14 de octubre de 2014

Dog Days Are Over

FALTAN 19 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

Listoooo, la tortura terminó y el sábado corrí mi última carrera larga, y la más larga de todas...30 kilómetros en el Parque Naucalli, 10 vueltas a un circuito de 3 kilómetros, si lo pienso parece tortura china. Y sin embargo, no me fue nada mal...

Al despertar, mi Garmin decidió que ese día no quería ir a correr conmigo, así que me envió una señal de falla en el sistema, no prendía, no apagaba, salían letras raras, lo conecté nuevamente a la corriente y nada...lo primero que pensé fue que finalmente me podría comprar el Forerunner 920XT (soy una compradora tan obsesiva, que solo compro reemplazos de las cosas cuando las que tengo ya no sirven) y  que para el maratón podría pedir prestado un Garmin o usar el mío anterior aunque no lo pueda sacar de la bolsa porque está rota la correa, pero después no pude evitar entrar en pánico al pensar cómo demonios iba a correr 30 kilómetros sin saber a qué ritmo voy!

No me quedó otra opción que enfilarme hacia el parque sin él. Mi estrategia de entrenamiento sería la siguiente; correría 5 veces un circuito de dos vueltas, corro una. tomo agua, corro otra, me como mis gomitas y checo el tiempo para ver cuánto hice en 6 kilómetros. Y eso fue precisamente lo que hice.

Dicen que un corredor nunca debe esclavizarse por los productos de la tecnología, y que debemos aprender a disfrutar nuestros entrenamientos sin tener que estar preocupados por el reloj. Esto lo entiendo y lo comparto cuando se trata de un entrenamiento de 7-8 kilómetros cómodos, pero no el día que toca la carrera más larga del entrenamiento. Sin embargo, terminé todos mis kilómetros y no me fue tan mal, creo que al principio arranqué un poco más rápido de lo que debía, y tanto la fatiga como el sol que empezó a arreciar después de las 11 de la mañana hizo que mis últimos 5 kilómetros fueran un martirio, pero se terminaron y no volverán sino hasta mi entrenamiento para el siguiente maratón.

Regresé a casa cuando ya había mucho tráfico sobre periférico, había corrido mucho tiempo y terminé bastante tarde. Subí a casa, me bañé, acomodé la ropa sucia, y ahí seguía el Garmin en el mismo lugar donde lo había dejado esa mañana. Pensé que sería una estupidez tirarlo a la basura sin antes intentar repararlo. Lo conecté nuevamente a la corriente y milagrosamente volvió a funcionar como si nada. Quizás se asustó solo de pensar que tendría que acompañarme durante 30 largos kilómetros, pero al verme regresar contenta pensó lo mismo que yo pensé al terminar mi entrenamiento: podemos con esto y mas.

Hoy corrí con el y fuimos tan felices como siempre, sobre todo porque sabemos que ya terminamos la parte pesada del entrenamiento y nos espera recuperación, descanso y nuestra fiesta de kilómetros el 2 de noviembre.


jueves, 9 de octubre de 2014

Big Parade

FALTAN 24 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK, y que creen, voy a participar en el desfile previo al maratón!



Tengo prácticamente una hora con 40 minutos para transportarme del avión a Central Park para ser parte del desfile, incluyendo el paso por la aduana y el viaje en metro hasta Manhattan. Pero lo peor no es eso, sino que parte de las sugerencias que nos hacen es que vayamos al desfile con un traje típico de nuestro país, o nuestros colores representativos.

Ha sido muy difícil para mí decidir qué llevar; no quiero ir disfrazada de mexicana, quiero ir vestida como la mexicana que soy, y por eso no quiero llevar un vestido grande con el que me sienta incómoda, ni tampoco quiero ir peinada como Frida Kahlo y con una ceja pintada en medio de la frente.

Todavía tengo tiempo de buscar algo bonito no muy exagerado que me pueda llevar al desfile, por lo pronto me espera el sábado otro desfile diferente: mi última carrera de 30 kilómetros antes del maratón, y espero darle con todos los ánimos del mundo para posteriormente festejar como Dios manda en el Corona Capital.

Creo que este entrenamiento y los que me faltan del fin de semana serán muy especiales, pues estaré pensando en el maratón de Chicago que se corre el domingo...otro Major Marathon y el sueño de miles de personas que por primera vez se atreven a enfrentarse a la distancia. Para ellos, mi distancia larga y el mejor de los éxitos.

lunes, 6 de octubre de 2014

My Own Worst Enemy

FALTAN 26 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

Mi entrenamiento del sábado fue excelente, pues no solo fue la primera vez que fui a entrenar con el equipo, sino que lo pasé sin dolores y logré terminar con éxito los 24 kilómetros que me tocaban. El pequeño dolor que traía en la parte trasera de la pierna desapareció después de correr 8 kilómetros, el entrenador lo adjudicó a nervios, me dijo que si me dolía no iba a poder correr, así que sin nervios y a darle.

También fue un día excelente porque justo antes de empezar a correr nos encontramos en el Naucalli a Carlos Mercenario, medallista olímpico en Barcelona. Nos dijo algunas palabras y se tomó fotos con nosotros. Yo lo único que podía pensar era "ese individuo tiene una medalla olímpica", lo que para mí es el mayor logro que una persona puede tener en la vida (fuera de los logros familiares y espirituales).

Entre las palabras que nos dijo, hizo énfasis en que quien se vence a sí mismo, es capaz de vencer a su peor enemigo. Durante los 24 kilómetros que entrené no dejé de pensar en esa frase, ¿quiénes han sido mis enemigos? ¿los he logrado vencer?

En mi entrenamiento para el maratón de Chicago tenía como enemigos a fuerzas externas que, como los dementores en la película de Harry Potter, se esmeraban en robarme mi energía positiva. Sí, yo también siempre había pensado que eso de las energías es bullshit, pero estando ahí entendí que hay personas que son capaces de robarte los ánimos. Finalmente logré alejarme de esos demonios, quizás solo para entender que el enemigo estaba dentro de mí, y que estar cerca de esa persona solamente sacaba lo peor de mí, sin que dicho individuo fuera un demonio en realidad.

Ahora tengo otro enemigo quizás aún peor: el despertador. Nunca he sido buena para despertar por las mañanas, despierto de mal humor y con una necesidad insaciable de tomar café y regresar a la cama. Como corredora esto obviamente es un problema gravísimo, no entiendo por qué nos obstinamos en despertarnos a las 6 de la mañana para ir a correr y cuando lo hago maldigo mi hobby los primeros 30 minutos del día.

¿Podré algún día vencer al despertador y despertarme con una sonrisa y aplaudiendo? No sé aún qué estrategia debo seguir para hacerlo, pero a mis 31 años aún despierto como niña berrinchuda de 8 años que no quiere ir a la escuela.

Lo que sí, es que de no haber vencido al despertador el sábado pasado, no hubiera conocido nunca a un medallista olímpico. Ojalá haya más sábados de aquellos...


miércoles, 1 de octubre de 2014

Octobre

FALTAN 32 DIAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK, para mi vuelo a Nueva York solamente faltan 30 y para el Corona Capital (culminación de mis entrenamientos largos y mi encuentro con HAIM y The Kooks) solo 10.

 

Ya llegamos al mes pre-maratón, y no podría estar más emocionada. Siempre me ha gustado octubre, no solo es el mes antes de mi cumpleaños, sino que las panaderías están llenas de pan de muerto y mi recibidor tiene una calabacita miniatura alusiva a las festividades de este mes. Pero también en el ámbito deportivo es quizás mi mes favorito.

 

Cuando vivía en Monterrey solía decir que octubre era el mejor mes para correr, pues es cuando apenas el clima cede un poco y permite entrenar con un clima al menos decente. En septiembre aún hace calor y en noviembre ya hay que traer camisa de manga larga. Del resto del año ni hablamos. Aquel hermoso clima se asemeja al clima que hace en la Ciudad de México durante todo el año, es una bendición.

 

Hace un año tenía los nervios de punta por el maratón de Chicago, la verdad es que no estaba pasando por mi mejor momento ni personal ni deportivamente, así que tampoco tuve mucha oportunidad de darle demasiada importancia al maratón. Pudiera decirse que los días previos al maratón me pasaron un poco de noche y eso ahora me entristece, pues no hay nada más emocionante que las vísperas del maratón y todo lo que eso implica.

 

Pero ahora es distinto, creo que estoy mejor entrenada que para ningún maratón y aun así siento que no he entrenado nada. Adjudico ese sentimiento al hecho que, salvo por los fastidiosos entrenamientos del fin de semana pasado, el resto del entrenamiento me ha sabido bastante más dulce que amargo. Lo he hecho con más ánimos, un poquito más rápido, con mejor cara, mejor música, mejores rutas, mejores tenis, mejor alimentación, gracias a Dios mejor todo! 

 

Quizás estos sentimientos se esfumen si hago un mal maratón, pero hoy me siento muy agradecida de que octubre esté aquí. ¡Bienvenido sea octubre y bienvenidos sean los entrenamientos que me faltan! 

 

Contrario a lo que escribí para mi publicación anterior, ni loca me bajo del barco ahora, tengo mucha suerte de poder correr, y más aún de que mi siguiente carrera sea un Major Marathon.