martes, 29 de diciembre de 2015

Thank You

Pues se acabó el 2015, un año muy diferente a los demás en el que gracias a Dios tuve la oportunidad de pisar asfalto y caminadoras en muchas ciudades diferentes.

Mi propósito para el 2015 fue correr el Maratón de Berlín en 4:30 horas o menos, y aunque hice una hora más de mi objetivo, no me arrepiento de todo lo que viví y logré en este año.

Este año fue de muchos viajes, personales, laborales y alguno que otro para correr. Corrí en la Ciudad de México, Monterrey, Torreón, Mexicali, Nuevo Laredo, Atlanta, Austin, San Francisco, Paris, Praga y Berlín. No quiero hacer la cuenta de cuántos kilómetros corrí porque seguramente serán menos de lo que debí haber corrido para lograr marcas satisfactorias en todas las carreras, pero les aseguro que tampoco fueron pocos.

Por otro lado, 2 fueron las carreras que más me gustaron: el 21K tarahumara y el medio maratón Nike de San Francisco. Desafortunadamente no podré repetir en 2016 ninguna de las dos carreras, pero se queda pendiente el 21K tarahumara para el 2017, y el medio maratón Nike cuando la franquicia vuelva a San Francisco (ver comunicado aquí: http://www.runnersworld.com/races/nike-womens-half-marathon-series-drops-san-francisco-race-for-2016?cid=soc_Runner%27s%20World%20-%20RunnersWorld_FBPAGE_Runner%E2%80%99s%20World__News_Races).

Los últimos meses de este año mi ánimo se desinfló, y mi cuerpo digamos que sufrió una ligera hinchazón, nada de qué preocuparse. Termino el año tristemente con un par de kilitos de más, de los que me ocuparé a partir del día de hoy en el que oficialmente regreso a la vida laboral y a los entrenamientos "como si no hubiera pasado nada". No quise limitarme en las fiestas decembrinas y ahí están las consecuencias, pero lejos de preocuparme me ocuparé.

Termino también con la Carrera San Silvestre, no auguro mucho en esta ocasión únicamente por una gripa mounstrosa que no me ha dejado en paz desde hace unos días (en honor a la verdad, esta es mi "gripa post-maratón", pero me la venía guardando desde el 28 de octubre así que la tos llegó bastante recargada). Solo la correré para divertirme, me voy a poner una camiseta de algún maratón o medio maratón que haya corrido en 2015 y aprovecharé para darle gracias a Dios por todo lo que me permitió experimentar en el año, no solo en términos de correr sino en general.

Espero que el 2016 sea tan bueno como fue el 2015, pero tendré el reto de lograr entrenar de forma constante y decente con un horario laboral bastante demandante. Se aceptan sugerencias...

¡Nos vemos el año quentra!



martes, 15 de diciembre de 2015

El Blues del Esclavo

Hace algunas semanas me dio "runner's blues". No quería salir a correr, me costaba demasiado trabajo solamente pensar en eso. Después de casi 8 años corriendo y con 4 maratones y muchos muchos medios maratones encima, lo he sentido por primera vez. No está padre.

Cuando empezamos a correr todo el color de rosa, cruzar las primeras metas, los primeros récords personales, pasar horas en la tienda deportiva escogiendo unos tenis, enamorarnos hasta de un top que nos cuesta casi lo mismo que los tenis. Pero con el tiempo empezamos a ver la parte real de correr: las lesiones, ampollas, rozaduras, uñas negras, y hasta la falta de motivación.

Todo esto me ha pasado a mí y lejos de deprimirme o sentirme mal por tener esos sentimientos de culpa por no correr, creo que debo tomarlos positivamente y sentirme aún más corredora.

Hoy ya no tengo ese runner's blues pero tampoco he podido entrenar como me gustaría, tanto por las fechas como por un par de viajes y salidas que he tenido. No le voy a echar la culpa a las fiestas decembrinas, pero el tráfico, la carga de trabajo en mi nuevo puesto, y el cansancio que me genera el tener que viajar, no me ha permitido seguir una rutina constante. Lo bueno es que la semana pasada, bien o mal, entrené 3 días.

Con esta semana, estoy a 9 semanas de mi primer medio maratón del 2016. Tengo buen tiempo para entrenar pero no puedo confiarme. Sabía desde un principio que este cambio de rutina representaría un reto para mí y tengo que afrontarlo.

¿Puede ser que la corrida se convierta en una esclavitud? De repente me siento mal por no entrenar, por no tener en mi calendario un maratón para el 2016, por darme ciertos lujos en esta época del año. Sé que retomar el entrenamiento es difícil después de un descanso pero a veces es necesario.

Haré todo lo posible por mantener el plan de entrenamiento durante las semanas más caóticas del año, y volver a escribir en este blog es un muy buen inicio para seguir motivada. Como lo he dicho siempre, diciembre es un mes más del año, mi año dura 12 meses así que no desperdiciaré este último mes. Puedo lograr tantas cosas el 31 de diciembre, como las que puedo lograr cualquier otro día del año.

¡A entrenar que se ocupa!


lunes, 16 de noviembre de 2015

El Abandonado

Después de casi un mes sin escribir absolutamente nada en este blog, creo que es tiempo de regresar. No por no escribir quiere decir que no he entrenado, pero la realidad es que lo he hecho poco.

Regresando de San Francisco me tomé una semana de descanso total, después tuve dos semanas de entrenamiento itinerante y finalmente la semana pasada fue otra vez de descanso total, pero esta vez no por fatiga sino porque hacía mucho tiempo que no tomaba una semana de vacaciones de todo.

A partir de mañana estaré empezando una nueva etapa laboral, y tendré que cambiar mis horarios radicalmente para poder cumplir con mis obligaciones y responsabilidades en el trabajo. Esto significa que las mañanas será el único momento del día en donde podré entrenar, más reto aún para terminar el año. Si dentro de esto tengo que inscribirme a un maratón para disciplinarme y obligarme a recorrer las pistas, ya veré cómo lo resuelvo.

Para este año ya no queda casi nada por correr, el domingo tengo una carrera-peregrinación de 10 kilómetros a la Basílica de Guadalupe, y el 31 de diciembre tengo la Carrera San Silvestre. Esta última servirá para medirme pues hace dos años la corrí en aproximadamente 1:14 (estaba totalmente oxidada por no correr absolutamente nada desde el 13 de octubre que corrí el Maratón de Chicago hasta ese día) y el año pasado hice 1:10. En las fotos del año pasado me veo mucho más gorda que ahora, pero aún así tendré que estar "a dieta" y no bajarle al entrenamiento de las próximas semanas, para poder hacer entre 1:03 y 1:05. ¿Podré lograr esto en noviembre y diciembre?

¡A entrenar que se ocupa!

lunes, 19 de octubre de 2015

I Left my Heart in San Francisco

Amo San Francisco, este viaje, desde antes de la experiencia del medio maratón, me confirmó que es mi ciudad favorita de EEUU, y una de mis favoritas en el mundo. Una vez dicho esto, pueden imaginar que correr en una de mis ciudades favoritas ha sido un inmenso placer.

Todo empezó hace algunos años, cuando una amiga de Monterrey me dijo que "hay un maratón en San Francisco con una ruta tan cabrona, que al final en lugar de medalla te dan un collar Tiffany". Eso fue hace como 6 años, cuando el evento era maratón completo. Nunca pensé en correrlo pues ni la ruta ni el collar me llamaban la atención, además en aquel entonces yo no corría maratones, solo medios y los fáciles.

Pero a principios de este año corrí mi primera carrera de puras mujeres, también organizada por Nike y parte del serial de medios maratones que esa empresa organiza alrededor del mundo. La carrera me gustó, estuvo bien organizada y con una energía femenil que no sonaba a cursi en ningún momento, aunque la ruta era la más difícil que hubiese corrido en cualquier evento, hasta el domingo pasado. Aquí la reseña de ese medio maratón: http://lilianarunning.blogspot.com/2015/04/you-make-me-feel-like-natural-woman.html.

Un día viendo Facebook me di cuenta de que empezaría la rifa para el Nike Women's Half Marathon San Francisco, vi el calendario y me di cuenta que eso sería 3 semanas después de mi maratón. No iba a tener ni vacaciones, ni dinero ni energías, pero me acordé el collar/medalla y decidí inscribirme a la ruta. Un par de semanas después, un correo de Banamex me indicaba que habían hecho un cargo por 200 dólares a mi tarjeta de crédito, en ese momento empecé a ver vuelos y hoteles, estaba dentro...

Mis últimas semanas habían sido un derroche de entusiasmo por el Maratón de Berlín, por lo que me daba hasta flojera correr un medio maratón a escasas 3 semanas de ese suceso y tenía nulas ganas de entrenar distancia. El viaje ya estaba planeado y juré correr/caminar el medio maratón con CERO pretensiones de tiempo. Pensé que en esta carrera "vería correr" a las demás mujeres que la correrían, y que me iba a servir de inspiración para los retos que vinieran enfrente. Fue todo lo contrario...

No había expo, solo entrega de paquetes en donde te daban tu número, 4 clips y una camiseta tipo "tank top", punto.


Un día antes del medio maratón había un trote de preparación, corrimos 2 millas por algunas calles de San Francisco, y me sirvió para comprar en un pequeño stand muchos paquetes de Nuun que no venden en EEUU. Aquí foto con un termo de Nuun, el paraíso hecho bebida:


La mañana del medio maratón me desperté tranquila y con ánimos de disfrutar la ciudad, la ruta y la gente. La carrera se me fue como agua, me pareció pesada porque, aunque no les guste que hablemos de este tema, la mañana del evento descubrí que era "aún más mujer que el resto de los días del mes", qué mala suerte la mía. No solo por la ruta retadora, por pararnos a tomar fotos al menos 10 veces en la ruta, las paradas al baño con los nervios de la regla y el paso todavía de recuperación del maratón, esta ha sido y sin duda será la carrera más lenta de mi vida. Pero como dije arriba, yo quería ver correr y lo que sucedió fue que tomé un paseo por San Francisco corriendo y disfrutando el paisaje.

Sin duda es una carrera a la que, si pudiera, volvería cada año. Me encantó la ruta, la energía de la gente, el reto, la medalla, la camiseta, el termo, ¡todo! Fue una experiencia que refuerza mi gusto por correr y que me hace querer seguir haciéndolo solo para poder volver el año siguiente. 

De verdad, si algún día tienen oportunidad de correr esta carrera no se la pierdan, aquí unas fotos:

 La verdad la altimetría se ve peor de lo que está...
 Con mi papá, que me acompañó al viaje
 Y pues corrí la subidota completa así que me merecía esta foto
 The Golden Gate and I
 I have a Tiffany!!! Por fin una medalla que me puedo llevar a la oficina

Con este evento cierro mi ciclo de entrenamientos y carreras del 2015, seguiré corriendo con paso tranquilo y sin presiones durante algunas semanas, y pronto retomaré la preparación para mi siguiente carrera que es el Medio Maratón de Austin el 14 de febrero de 2016, y voy por 2:15 o menos...

martes, 13 de octubre de 2015

I Should Have Known Better

El domingo pasado sucedieron 2 eventos durante el 21K Regio. Seguro sucedieron más, pero mis redes sociales destacaron dos:

1. Le quitaron el primer lugar de su categoría a la coach Lili Figueroa. Un hombre corrió con el número de una mujer que se había inscrito en la misma categoría que Lili, así que Lili quedó en segundo, cuando en realidad le tocaba el trofeo de primer lugar.
2. Se acabaron los abastecimientos a partir del kilómetro 15-17, en realidad hubo muchas quejas de los abastecimientos pero destaca el hecho que la propia organización del evento asegura que hubo al menos 500 corredores sin número. No es que por esto se hayan terminado los abastecimientos, pero obviamente si hay colados en la carrera habrá menos abastecimientos para los que sí se inscribieron.

Mucha gente se quejó de la organización de esa carrera pero creo que además de eso debemos quejarnos de nosotros mismos, pues hemos dejado de tomarnos en serio las carreras.

Tras mi participación en el Maratón de Berlín (y ver en la expo los stands de otros maratones que tienen la insignia oro), me di cuenta de que el Maratón de la Ciudad de México jamás estará a nivel oro si la organización sigue propiciando y permitiendo varias conductas que no se ven en otras partes del mundo. Esto se refiere a corredores que corren (corremos, me incluyo) la mitad de la ruta, corredores sin número, corredores que toman la medalla sin haber recorrido toda la distancia y así salen exhibiéndose en la revista del maratón. Me podrán decir "es que no se puede comparar Berlín con México", pero no es cierto pues al final de cuentas el objetivo del maratón de México es tener la misma insignia que el de Berlín, así que la comparación es necesaria.

Hace algunos meses había escrito mi opinión sobre algunas de estas conductas (la pueden leer aquí; http://lilianarunning.blogspot.mx/2015/05/la-trampa.html), pero ahora me retracto pues creo que es momento de tomarle seriedad a las carreras. Una carrera no es un entrenamiento, aunque es muy difícil llegar bien preparado, sin lesiones y ánimos a una carrera a la que nos inscribimos 4, 6 u 8 meses atrás, es posible hacerlo, si no ¿cómo es que a Chicago, Nueva York, Berlín y Boston se inscribe la gente con casi un año de anticipación? ¿Por qué no le damos esa misma seriedad al maratón de nuestra ciudad?

No dejemos que la flexibilización que le han dado los organizadores a las carreras en México nos haga perderles el respeto a las mismas, nosotros los corredores somos en parte responsables de que nuestras carreras y maratones sean cada vez mejores.

Después de haberme colado por 32 kilómetros al Maratón de la Ciudad de México, y después de haber visto lo que se requiere en infraestructura y civilidad para llegar a la insignia oro, me arrepiento de haber hecho lo primero. Yo quiero que el maratón de esta ciudad sea insignia oro, y creo que ayudo más a que eso suceda si ocupo un lugar menos en la masa de gente que no correrá la distancia completa, que lo corran los que lo entrenaron, los demás a echar porras o a correr al parque...

¿Quién más se suma a esta causa?

miércoles, 7 de octubre de 2015

Zoo Station

Para alejarme un poquito del tema deportivo, y a solicitud de mi amigo Rodolfo Robles, voy a hacer en esta publicación una pequeña reseña del concierto de U2.

Obviamente la razón principal de nuestro viaje fue el Maratón de Berlín pues desde el año pasado me habían mandado la feliz noticia de que había quedado en la rifa. Sin embargo, como sabíamos que U2 estaría de gira por Europa en esos meses, vimos si sería posible verlos y resultó que el plan era perfecto; el concierto era jueves y viernes, y el maratón el domingo.

Siempre cuando viajamos Joe y yo vemos qué conciertos hay cerca de donde vamos a estar. Esta es la primera vez que tengo suerte con un concierto antes de un maratón, pues un día antes del Maratón de Austin en el 2012 estaban Los Campesinos! en concierto en un bar del centro, y un día antes del Maratón de Nueva York estaría Fleetwood Mac (sí, Fleetwood Mac, leyó bien) cerca de Nueva York.

Había corrido el rumor que U2 ofrecería 2 conciertos diferentes en cada ciudad y que a eso obedecía que todas las fechas eran dobles, así que intentamos conseguir boletos para el jueves y el viernes para no nos perdernos ningún detalle. Nuestros esfuerzos por conseguir boletos para el viernes fueron totalmente en vano, además de que los precios de reventa estaban muy elevados, así que solo iríamos el jueves. Finalmente era falso lo de los conciertos dobles así que no gastamos tanto.

Llegamos a Berlin el día del concierto, comimos y nos fuimos hacia la Arena Mercedez Benz (antes O2). Por poco llegamos tarde pues no encontrábamos taxi. Finalmente el concierto empezó casi una hora después de lo que decía en el boleto, y como no había telonero, empezamos directamente con U2.

El escenario ya lo conocen, en la parte de atrás es un escenario común y corriente con una pasarela larga y una plataforma circular en la parte de enfrente, tiene también una pantalla gigante que proyecta videos hacia los lados. Quienes tienen su lugar frente al escenario o atrás no ven completa la pantalla, tampoco quienes están en cancha pues la pantalla sube y baja y en momentos está muy arriba. Los mejores lugares para ver el concierto son de lado, a la mitad de altura.

Nuestros lugares estaban en la primera fila pero atrás del escenario, así que les vimos el trasero a los 4 integrantes durante todo el concierto, literalmente les estábamos oliendo los pedos. Un par de veces se asomaron Bono, The Edge y Adam Clayon (Larry no por obvias razones) a saludar hacia nuestra sección. Esto puede verse del lado bueno o malo, lo bueno es que nunca los habíamos visto tan cerca y quizás nunca más los podamos ver a esta distancia, lo malo es que solo les vimos las caras un par de veces, no pudimos ver bien todo el show de la pantalla, y parte del concierto fue en la parte del frente que entonces sí nos quedaba muy lejos.

El setlist fue el siguiente (cortesía de setlist.fm):
  1. People Have the Power 
    (Patti Smith song)
  2. (with "Do You Remember Rock 'n' Roll Radio" snippet)
  3. (acoustic without final verse,… more )
  4. (with "Psalm 23" snippet)
  5. The Fly 
    (Remix)
  6. (Fish out of Water Remix)
  7. (First time live since 2006)
  8. (with "Burning Down the House" snippet)
  9. (restarted due to Bono and The… more )
  10. (with "Ode to Joy" & "19" snippet)
  11. (second part of song, with synthesizers)
  12. (with "California (There Is No… more )
  13. Encore:
  14. (with Stephen Hawking speech intro)
  15. (with "Ultraviolet (Light My Way)" snippet)
  16. One 
    (Preceded by 'Mother and Child… more )
Ningún concierto de U2 es perfecto, al ser la banda más popular del mundo es prácticamente imposible estar en un lugar donde el concierto sea 100% disfrutable, sin pagar miles de pesos. Sin embargo, me gustó mucho el concierto, el setlist me pareció bien, y siempre será un placer verlos tocar en vivo.

Por lo que entendí, el concierto empieza en la habitación de un adolescente que, tras escuchar a The Ramones, empieza a experimentar con su música hasta ser la banda que ahora son. Quizás Vertigo se concibió como idea en ese entonces y es por eso que es la tercera canción del setlist, o tal vez lo único que Bono sentía en ese entones era vértigo, quien sabe.

Conforme avanza el concierto, se puede ir viendo una evolución, no tanto en la música sino en el crecimiento de U2 como banda, hasta llegar a Until the End of the World y varias otras canciones de Achtung Baby, su obra maestra. Solo quienes no conocen realmente a U2 pueden decir que fue un mal concierto, pues no hay forma de que así lo sea si cantaron 5 canciones de Achtung Baby.

Al final, y tras la difusión de la causa social del momento (no con tanto punch como en otras ocasiones, aunque ahí les encargo si en lugar de Siria hubieran puesto las fotos de los 43, "vivos se los llevaron, vivos los queremos"), llegamos a 6 de sus mejores canciones, las que los han hecho U2, tocadas en un escenario que ni gira, ni tiene un limón, ni una pasarela de corazón, ni parece un cohete espacial, era solo U2 siendo una banda más, dando a entender que al final, a pesar de ser la banda más popular del planeta, no siguen siendo mas que una banda de rock/pop.

Mucha gente se ha quejado de que el setlist no ha sido el mejor de U2, de que la energía de la banda ya no es la de antes, y de que se les ve y siente cansados. Es evidente que los señores estén cansados si ya están rozando su sexta década de vida. Tampoco ayuda que los europeos son mucho menos efusivos que los latinos, y que los precios de los boletos eran muy elevados por lo que las expectativas eran muy altas (con esos precios mas les valía cantar Bad, Miracle Drug, The Troubles, Kite y Stay); pero lo que sí es que disfrutamos muchísimo el concierto, vaya, hasta One me gustó...

No cantaron las 2 canciones que más me gustan del nuevo disco, Volcano y The Troubles. Regresando a México las buscamos en You Tube para al menos verlas en vivo por ese medio, y la realidad es que no prenden nada, así que veo justificación en dejarlas fuera del setlist.

Un par de días después, en el maratón, con mucha alegría escuché las 3 o 4 canciones de U2 que traigo en mi playlist, incluyendo Pride, la que a mi gusto fue la mejor del concierto...

lunes, 5 de octubre de 2015

Keep the Car Running

Llevo varios días pensando en cómo escribir esta publicación, ya que se supone que deberían ser tanto mis reflexiones del Maratón de Berlín, como las razones por las cuales he decidido no correr otro maratón en algunos años. Primero quise escribir una serie de bullets de lo que había pasado por mi mente y por mi cuerpo durante el maratón; después pensé en hacer una guía para correr y no correr un maratón, pero ninguna de las ideas ha cuajado. Así que lo haré a la antigüita...

El Maratón de Berlín estuvo cargado de un toque de mala suerte por todos lados: se me rompió el cinturón de los geles y tuve que comprar otro 2 días antes del maratón, incluyendo un cinturón para el número que terminó molestándome toda la carrera; se me olvidó el chip en el hotel y tuve que regresar caminando por el; los audífonos nuevos que tuve que comprar porque los anteriores se me echaron a perder me lastimaban los oídos. Estas cosas parecen irrelevantes, pero cuando llevas meses pensando en lo que sucederá esa mañana del maratón, las cosas se maximizan y cualquier situación parece ser una enorme tragedia. ¿Cómo iba a ser capaz de terminar mi maratón sin el cinturón para el número? ¿De verdad pensaban que iba a pegarme el número a la camiseta con 4 seguritos?

Pero nada pudo apagar mis ganas por terminar el maratón, haber tenido antes 2 carreras desastrosas ayudó muchísimo y creo que ese es uno de los grandes aprendizajes: tener una mala carrera lejos de restar y mermar el entusiasmo, debe sumar.

Otra cosa que logré entender en esta carrera es que no se puede controlar todo, y más bien, sin hacerlo las cosas salen aún mejor. Cuando corrí Nueva York me obsesionaba todo, que si me cortaría o no el pelo, que si me tendría que pintar las uñas de los pies, que si ensayaría mi desayuno (avena con agua de la cafetera) desde semanas antes. Para este maratón ni me agobié ni me preocupé, por eso es que no lo sentí jamás como un maratón, ni a partir del kilómetro 32 fue así. Obviamente dolió y me cansé, me cansé mucho entre los kilómetros 38 y 41, pero era el mismo cansancio que sentí del kilómetro 7.5 al 9.5 en mi primer 10K, y convencida estaba y sigo estando convencida de que no va a ser la última vez en que voy a sentir ese cansancio.

Sin embargo, meses antes del maratón decidí que, como llevo 4 años seguidos corriendo maratón, este sería el último de la "primera temporada"; me tomaría un break para mejorar tiempos, descansar, nadar, correr mi mejor 10K y demás cosas, y posteriormente podría hacer una "segunda temporada" de maratones, quizás ya en mis cuarentas (que como repito, faltan muuuuuchos años).

Tendría que haber una razón para esto, pues nadie deja de correr de la noche a la mañana, pero lo que no había pensado es que no correr maratones no es dejar de correr.

No correr maratones implica no volver a pasar por el suplicio de 2 o 3 entrenamientos de 30 kilómetros o más, pero no es dejar de ir a los entrenamientos, ni dejar la adrenalina de una línea de salida, ni dejar de consumir nuun, ni tirarse a la pereza, ni dejar de escribir en este blog, ni tirar los tenis a la basura.

Muchas veces hemos leído que no tenemos que correr un maratón para ser corredores, pero una vez que cruzas esa meta sientes que cualquier cosa que mida menos de 42 kilómetros con 195 metros no es suficiente. Quizás sea un bicho raro pero yo hoy no lo siento así, creo que alejarme del señor maratón me tendrá muchas cosas buenas, y al menos el año quentra podré hacer unas vacaciones que no impliquen irme a dormir la noche del sábado a las 9 de la noche, ni dejar de tomarme otra copita de vino o comerme el mejor steak de la ciudad.

El maratón (este y los otros 3 que ya había corrido) me ha dejado muchas cosas pero sobre todo me ha dado una confianza en mí misma que jamás pensé encontrar. Inconscientemente dejarlo me hace pensar que esa confianza se va a ir, pero no tiene por que ser así. Yo soy quien debe tener la confianza suficiente como para correr un maratón, no que el maratón me dé confianza a mí.

Puede ser que esta publicación sea superada en unos meses cuando con mucha alegría les informe mi decisión de haberme escrito a otro maratón; pero solo espero que esa decisión no sea por sentir que mi valor como corredora haya decrecido por no tener ese objetivo en el calendario.

Hacer que me sienta cada día más y mejor corredora lejos de los 42 kilómetros, será entonces el mejor aprendizaje que me pueda dar el maratón, estaré al pendiente de ello.

Y volveré al maratón, claro que volveré, pero con piernas nuevas y más fuertes para lograr no un sub-5 horas sino quizás un sub-4 o lo que venga enfrente.

¡A entrenar que se ocupa!

P.D. Por si no se han dado cuenta, todas las publicaciones llevan por título el nombre de una canción, pero esta en especial comparte su nombre con mi playlist para correr, así que su título es doblemente especial.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Time of my Life

¡Qué gran maratón el maratón de Berlín! Tengo tantísimo que contar pero no quiero ni hacer una publicación excesivamente larga, ni tampoco hacer varias, así que trataré de resumirlo.

Mi viaje fue así (haré referencia al dolor de pies, para efectos de la reseña del maratón):

Viernes 18: vuelo nocturno a París. Logré dormir en el avión, aunque incómodo. Dolor de pies: cero; dolor de pompis: alto.
Sábado 19: llegada a París, cena y a dormir. Dolor de pies: ligero.
Domingo 20: visita a Versalles, Orsay y paseo hasta Notre Dame. Dolor de pies: inaguantable, como nunca antes en la vida.

Lunes 21: 6.5 kilómetros en el Jardín de Luxemburgo, visita a Montmarte y por la noche cena, paseo y Moulin Rouge. Dolor de pies de medio a medio alto.


Martes 22: vuelo a Praga, paseo por la plaza central. Dolor de pies: medio.

Miércoles 23: 5 kilómetros en Praga, paseo en camión hasta el castillo, caminata de regreso. Dolor de pies: alto, casi inaguantable.

Jueves 24: tren a Berlín, concierto de U2. Dolor de pies: medio a medio alto.

Viernes 25: visita a la expo, evento en la Embajada de México en Berlín, cena. Dolor de pies: alto, casi inaguantable (sobre todo en el evento de la Embajada, en donde nos tuvieron parados casi 2 horas). ¡Resulta que hay unas alas iguales a las de Reforma, a un costado de la Embajada de México!


Sábado 26: trote ligero para conocer la meta, paseo por turibus, comida/cena, a dormir. Dolor de pies: medio a medio alto. Aquí ya mi outfit listo para la carrera (menos el chip jajaja):


Domingo 27: 42 BMW Berlin Marathon!!!! Dolor de pies: inaguantable, sobre todo tras haber olvidado el chip en el hotel y tener que ir por el antes de empezar a correr 42.195 kms.

Lunes 28: paseo por Berlín y tour en barco. Dolor de pies: medio; dolor de piernas: medio; capacidad para bajar escaleras: baja. Esta soy yo con cara de risa y pesar de tener que bajar escaleras para ir al baño:

Martes 29: vuelo a México. Dolor de pies: cero; dolor de pompis: alto.

Pero hablemos del maratón. Este ha sido por mucho mi mejor maratón, y de las carreras que más he gozado. Me quedé lejos de mi objetivo, lejos del sub-5 horas y a minutos de mi RP, pero no me importó. Comenzar un maratón con dolor de pies y con ya 10,000 pasos encima tendría un precio, sabía que lo tendría que pagar y podría o frustrarme y buscar explicaciones, o disfrutar la carrera. Decidí hacer lo segundo.

Los primeros 10 kilómetros se me fueron muy rápido, sin sufrir, y con muchas expectativas de lo que nos depararía la ruta. 

Del kilómetro 15 al 21 empezaron los problemas, mis pies empezaban a arder del dolor (literalmente a arder, jamás había sentido un dolor similar) y mi preocupación es que todavía faltaba más de la mitad. En el kilómetro 21 encontré a Joe y mis amigos y al preguntarme cómo iba les dije que mal, que me dolían demasiado los pies y que sí acabaría el maratón pero lo haría mal. Sin embargo, después de pasarlos y tras comer el gel Accel que me tocaba, me entró un segundo aire; pensé que los 21 kilómetros era la distancia que más había entrenado y en la que me siento más cómoda, ya llevo en lo que va del año 5 carreras de 21 kilómetros y, como recordarán, 2 de ellas han sido horrorosas y las he podido superar, así que esas terribles experiencias fueron lo que me sacaron adelante en este maratón.

A partir de ahí empecé a pensar en las personas que me han acompañado a lo largo de mis años de corredora, quienes se encontraban ese día recorriendo el mismo camino que yo, mis amigos que corrían y dejaron de correr por razones que nadie entiende, mis amigos que empezaron trotando conmigo en los entrenamientos y ahora son super ironmans, mis amigos que aún tienen su maratón en las siguientes semanas del año, mis entrenadores, la nutrióloga con la que dejé de ir porque me prohibió comer queso, mi amiga Lorena que fue la primera que me invitó a correr, mis papás y hermano por animarme en cada carrera, Joe por apoyarme incondicionalmente en esta y otras locuras y aguantar mis abrazos sudorosos y mi mal humor cuando entreno mal, y finalmente, en mí. 

Decidí dedicarme a mí este maratón, pues yo fui la que aprendí con este maratón a levantarme a las 5:15 de la mañana para ir a correr con los pelos parados y apenas despierta, yo fui la que dejó de comer carne roja por varias semanas para comer poca grasa y así fuera más fácil llenarme de pescado, yo fui la que decidió empezar a correr un día de la noche a la mañana, y yo que soy más lenta que una tortuga tenía que sacar adelante un maratón con ardor de pies, YO IBA A TERMINAR FELIZ EL MARATÓN DE BERLÍN, no había vuelta atrás.

Así nunca apareció la pared, llegando al kilómetro 32 decidí disfrutar los últimos 10 kilómetros de lo que sería mi último maratón en algunos años, me lo tomaría con la misma ilusión y felicidad como lo hice en mi primer 10K en el 2008, en el cual también caminé, también me cansé, pero también sonreí en la meta.

En el kilómetro 37 estarían de nuevo Joe y mis amigos, Narem (quien vive en Berlín y junto con su esposa fueron nuestros anfitriones) me acompañó 1 kilómetro y medio que me parecieron 4, no paraba de preguntarme cómo iba, si necesitaba agua, si todo iba bien. Él sabe que se lo agradezco muchísimo, pero estoy segura que esos 1500 metros movieron algo dentro de él, pues ayer recibimos un mensaje diciendo que ya estaba inscrito para el medio maratón de Berlín del año quentra. Les garantizo desde ahora que no pasa del 2017 en hacer su primer maratón.

En el kilómetro 40 me empecé a sentir ahora sí realmente fatigada, caminé escasos 100 metros y le seguí. Me esperaba enfrente la Puerta de Brandenburgo y por fin tendría, como varios de mis amigos, aquella foto corriendo con la puerta de fondo. Ya quería tener esa foto, y pensé en todo lo que tuve que hacer para tener una foto así.

En el kilómetro 41 saqué la bandera de México que traía guardada en mi cinturón, por lo que literalmente corrí el último kilómetro acompañada de mi país. Crucé la meta feliz, en 5 horas y 32 minutos, aunque inmediatamente después de recibir la medalla tuve que sentarme un buen rato para que se me pasara el ardor de los pies.

Mañana retomaré los entrenamientos pues el 18 de octubre tengo un medio maratón más antes de que termine el año. No solo por eso lo haré, sino porque es la primera vez de las 4 que llevo, que a 3 días del maratón me muero por volver a entrenar y a hacerlo todo, hasta las series de 1000 y las de 200 que tanto me cuestan.

Por razones que en mi siguiente publicación les comentaré, no pretendo correr otro maratón en algunos varios años, pero algo increíble pasó el 27 de septiembre del 2015: recuperé la felicidad de correr solo por correr, y en eso sí me llevo un RP que me sabe a gloria.


Y aquí la tan esperada foto con la Puerta de Brandenburgo, por fin es mía:





viernes, 18 de septiembre de 2015

You Learn

Después de muchas semanas de entrenamiento y de organizar el viaje paso a paso, por fin hoy nos vamos al Maratón de Berlín. El entrenamiento en la Ciudad de México ha terminado, y para la semana quentra con que salga a trotar 3-4 días es más que suficiente. ¿Quién no querría trotar en París, Praga y Berlín?

Ha sido por mucho un entrenamiento totalmente diferente a lo que había hecho para el resto de los maratones que he corrido, y el resultado de eso se sabrá el 27 de septiembre de 2015 alrededor del medio día. Siento que entrené menos pero estoy más fuerte, o más bien los entrenamientos se me hicieron menos pesados.

Mi objetivo desde principios de año era correr este maratón en 4:30 o menos, ese objetivo hoy lo veo difícil, nunca imposible pero tampoco creo honestamente que ese vaya a ser mi tiempo. No buscaré pretextos para justificar eso, simplemente esa será la realidad y hay que afrontarla.

Sin embargo, hay algunas pequeñas lecciones, aprendizajes y anécdotas que tuve durante este proceso de entrenamiento, estas son algunas de ellas:

1. Entrenar en la mañana no es tan difícil, cuesta trabajo las primeras veces pero con constancia y motivación, hasta los más perezosos le damos la bienvenida al sol mientras corremos. Juré completar en ese horario solo los entrenamientos matutinos estrictamente indispensables para correr Berlín, pero sin duda alguna me quedaré en este horario y grupo de entrenamiento para el futuro.

2. En este proceso de entrenamiento, tuve 2 de mis peores carreras, una por cuestiones físicas y otra por falta de motivación, pero ambas me hicieron pensar en su momento que sería una estupidez intentar correr un maratón en los próximos meses. Después entendí que esas carreras o entrenamientos para eso sirven, y creo que lejos de desmotivarme me fortalecieron. Si puedo terminar un 21K con malestar estomacal y otro emberrinchada, puedo terminar lo que sea.

3. Por fin se me quitó la uña negra del maratón de Nueva York, pero me salieron 2 uñas negras nuevas que dicen "Berlín", más las que faltan después de los 42.195 kilómetros.

4. Las pastillas Nuun son el mejor producto para correr en el mercado (obviamente sin contar el Garmin). Han cambiado mi vida por completo, Nuun eres mi nuevo mejor amigo.

5. Duelen más 10X200 que 1X2000. No hay más que decir.

6. En sabias palabras del profe Fer: "correr un maratón cansa, todos se cansan, hasta el que gana". Habrá que recordarlo en la carrera.

7. No podemos nunca sentirnos maratonistas ni sentir que ya tenemos puesta la medalla, hasta que tengamos enfrente la línea de meta. Bien dicen que "el maratón lo haces en el entrenamiento, ese día solo vas por la medalla", pero hay que dejar esa frase para que nos la digan los demás, jamás hay que repetirla para nosotros mismos.

8. Sea cual sea mi capacidad física en ese momento, SIEMPRE van a salir achaques físicos 1 o 2 semanas antes del maratón, pero son psicológicos, punto (se lo repite a sí misma, SON PSICOLÓGICOS, PUNTO).

9. Siempre es bueno traer el Dark Side of the Moon en el playlist del maratón, por si se ofrece...

10. Bajar de peso mientras uno entrena para un maratón es muy complicado, pero es posible. Solo hay que evitar caer en la tentación de "consentirnos" después de un buen entrenamiento. No bajé los 6 kilos que me sobran, pero al menos me voy con 4 menos.

No sé que como me vaya a ir en Berlín, puedo hacer mi mejor tiempo, mi peor, o quedarme a la mitad, pero lo que sé es que este proceso de entrenamiento lo he disfrutado más que ningún otro.

Prometí no volver a correr un maratón después de Berlín o al menos no en mis 30s (todavía me quedan más de 7 años en los 30s, no exageren), pero creo que me replantearé esa pregunta el 28 de septiembre.

¡A entrenar que se ocupa!

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Different People

Hace tiempo leí este artículo: http://www.entrepreneur.com/article/245224?utm_content=buffer14f93&utm_medium=social&utm_source=facebook.com&utm_campaign=buffer.

En su momento me gustó pero ahora lo quiero retomar, pues en los recordatorios del Facebook apareció una publicación que puse hace 2 años que dice así: "7 dias sin pisar el asfalto...Dios me bendiga mañana en mis 32K, y que Dios perdone en su entera misericordia a quienes no me dejaron entrenar durante la semana, porque yo no lo hare...".

En aquel entonces mi trabajo no me dejaba con tiempo ni energías entrenar. Tenía mucha presión y el ambiente laboral no era el que yo estaba buscando. El punto de quiebre no fue cuando hice casi 6 horas en mi maratón de Chicago por falta de entrenamiento, sino cuando me empezó a dar una gastritis que no me permitía comer piña, sí piña, uno de mis 3 alimentos favoritos. Podría hacer 7 horas en un maratón pero no dejar de comer piña, eso era no negociable.

Cuando dejé ese trabajo decidí que mi entrenamiento jamás podría dejar de ser una prioridad. No me lo tomen a mal, no significa que para mí sea más importante entrenar que trabajar, ni que descuidaré mi profesión por salirme a correr; pero sí que no puedo dejar de tomarle importancia al entrenamiento, manejando mis tiempos de la mejor manera posible para poder cumplir bien con las dos cosas.

Con esto tampoco quiero decir que estoy obsesionada con mejorar tiempos y distancias, sino que adoptar un estilo de vida saludable me ha traído muchos beneficios que no quiero perder, y si no hago ejercicio por causas ajenas a mi voluntad estoy de mal humor, y si estoy de mal humor no trabajo bien ni soy eficiente, así que es un círculo vicioso.

La semana pasada viendo videos de TED en español encontré el siguiente: https://www.youtube.com/watch?v=Ljj0-FlqQnc. Pensé que hablaría más de la actividad física, pero más bien parece un video promocional para un tipo de gimnasio "cómico-mágico-musical" que hace que las personas no piensen que están haciendo ejercicio sino jugando. ¿Por qué digo esto? Porque he tenido muchas pláticas con gente que odia correr pero ama hacer yoga o crossfit, actividades que yo ni en defensa propia haría.

Muchas veces he intentado convencer a más de uno que empiece a correr y no ha dado resultado, y seguramente más de uno ha intentado -sin que yo me dé cuenta- convencerme de que el crossfit es mejor que la piña, lo cual tampoco ha dado resultado y dudo mucho que suceda. El chiste es encontrar el deporte o actividad física que más nos guste, para mí es correr y no pienso dejar de hacerlo en mucho tiempo (Dios y rodillas mediante), ¿y para ti?

lunes, 7 de septiembre de 2015

Mudanzas

Pues me tuve que mudar de departamento de manera forzada. El dueño del departamento donde vivimos nos pidió de la manera más amable posible que desocupáramos el departamento actual y nos mudáramos a otro de sus departamentos en el piso de arriba, ya que el departamento actual tiene mal instalado el piso. Esto no es problema, salvo por el hecho de que el departamento nuevo nos lo entregaron el sábado al medio día y la mudanza tuvimos que hacerla Joe y yo entre tarde del sábado, domingo y mitad del lunes, a marchas forzadas y sin mucho tiempo disponible. Tuvimos que cancelar todos los planes para el fin de semana y hacernos a la idea de que estaríamos ocupados haciendo eso, no había de otra.

Confieso que los cambios me causan mucho estrés e incertidumbre, pero hacer una mudanza 2 semanas antes de salir de viaje es caótico para mí.

Todo esto se reflejó en que no pude hacer mi distancia el sábado (porque según iban a empezar a mover los muebles a partir de las 9:00 am y necesitaba estar en el depa) ni el domingo (porque desde temprano tuve que empacar, mover y acomodar). Lo único que pude hacer fue escaparme una hora el domingo para correr 7 kilómetros en Gandhi; no estuvo tan mal pues ayer fue la carrera Tune Up Banorte y al lado de mi iban pasando miles de "zombies" con la medalla colgada y de un gatorade en la mano, confieso que sentí envidia.

Pero al solo poder correr 7 kilómetros entré un poco en pánico pues pensé que esto repercutiría en mi Maratón de Berlín, como si un fin de semana que no pudiera entrenar invalidara meses y meses de entrenamiento. Y la realidad es que sí puede ser así, pero tengo confianza en que el cansancio y actividad de la mudanza lo compensarán un poco. Ayer domingo le escribí al profe para preguntar si habría que ajustar el entrenamiento durante la semana y me dijo que no, hasta la siguiente distancia larga.

También en la mudanza pude ver tooooodo lo que he acumulado en el transcurso del tiempo. Tengo infinidad de camisetas para correr y sigo usando las mismas 10, encontré completamente empolvados los accesorios de mi bici, y tengo una fila muy larga de libros por leer. Pero lo más triste fue intentar rodar mi bicicleta para transportarla de un departamento a otro, y sentirla completamente sin aire. Ya la volví a inflar y aunque sé que no saldré a rodar por las calles de la ciudad, al menos usarla un par de veces al mes con el rodillo no le hará mal a nadie.

Pero lo mejor de esa mudanza sucedió hoy, al ayudarnos a cargar los cuadros y restos de cosas que quedaban en el departamento, el señor que nos ayudó me preguntó "¿usted es atleta?" Le respondí "SÍ" muy fuerte y con una sonrisa; le pregunté si él también lo era, me dijo que antes sí pero que ahora ya no tenía tiempo por diferentes obligaciones. En nuestra conversación no fue relevante cuánto hacía en un 10K ni cuál es mi paso por minuto, pero lo que sí le importó mucho fue ver mi medallero y no ver la "X" del Maratón de la Ciudad de México, o al menos con honestidad y hasta cierto tinte de reclamo así me lo hizo ver...

Mañana retomo, entre ropa tirada y maletas por acomodar, mi vida normal. ¡A entrenar, que además de que se ocupa, este fin de semana perdimos una distancia!

martes, 1 de septiembre de 2015

September

¡Por fin llegó el mes del maratón! Sí, este septiembre corro un maratón, de 42 kilómetros con 195 metros, por si les quedaba alguna duda.


Me he preparado mucho y he estado esperando la llegada de septiembre con mucho entusiasmo, aunque no soy de las personas que les dan la bienvenida a los meses como si fueran personas que van regresando de viaje. En realidad no es el mes, sino lo que éste promete.

Ni siquiera me he puesto a pensar en que esto significa que en escasas semanas se terminó el 2015, un año que me ha dado mucho y al que todavía le faltan, si Dios quiere, los mejores momentos.

Hoy tocaron solo 40 minutos de trote suave, para aflojar después de los 32K del domingo, afortunadamente me sentí bien así que me reporto lista para mis intervalos del siguiente jueves; tocan 3X2000, nada fácil.

En otras noticias, ayer mi Facebook me informó que hace 7 años, sí 7, fue mi primer carrera de 10K, la que inició todo, como podrán ver aquí: http://lilianarunning.blogspot.mx/2014/08/historia-de-un-amor.html y aquí; http://lilianarunning.blogspot.mx/2014/09/the-best-of-you.html. Así las cosas, resulta que el 31 de agosto es mi cumpleaños runner y espero cumplir muchos más

En realidad hoy no tengo mucho que contar, solo me emociona mucho estar a días de mi cuarto maratón, ya por fin me está cayendo el veinte...

lunes, 31 de agosto de 2015

Me Colé en una Fiesta

¡Qué cosa el Maratón de la Ciudad de México! Como muchos otros, no me tocaba correr el maratón completo pero aproveché la ocasión para hacer mi distancia más larga rumbo al Maratón de Berlín.

La cita fue en punto de las 7:00 am afuera de las instalaciones de Grupo Imagen, los entrenadores decían que ahí era el kilómetro 10 de la ruta y tomaríamos el camino en ese punto para terminar en la meta nuestros 32 kilómetros. Con nervios y emoción esperamos hasta pasadas las 8:00 de la mañana para empezar a correr, habrían ya pasado los corredores elite y podríamos incorporarnos con los corredores amateur que quizás harían 3:00-3:30 en su maratón.

Cuando nos fuimos al punto donde empieza el recorrido vimos el letrero del kilómetro 9, ¿nos habrían engañado los entrenadores para que corriéramos un kilómetro más? A mi paso, me iban rebasando muchos corredores, hasta pena me daba ir tan despacio al lado de gente a paso de 4:30, 5:00, 5:30, 6:00. Era evidente quienes estaban corriendo su maratón y quienes estaban "cachiruleando" o haciendo distancia como yo, se notaba el entrenamiento en las piernas y el entusiasmo en el andar.

Los primeros 10 kilómetros se me fueron como agua, recorrí las calles de Polanco y tomé Paseo de la Reforma. Era tal la emoción que pensé en que el año quentra correría el maratón completo, ya estaría solo a 10 kilómetros de la experiencia integral e iría por la "I" de invencible, increíble, impresionante, insólito, etc. Sin embargo, la ruta se empezó a tornar pesada subida tras subida.

Cuando entré al bosque fue inevitable sentir un pequeño bajón, nada grave, pero correr en el Bosque de Chapultepec nunca ha sido mi hit. El adoquín (o como se le llame a esa superficie) me cansa un poco y aunque ahora fue la excepción, en casi todas las carreras los organizadores suspenden los abastecimientos en ese tramo, así que para mí es un tramo sufrido.

Salimos del bosque y nuevamente tomamos Reforma, ruta conocida y ya dominada miles de veces. nos desviaríamos en Insurgentes para después entrar a la Condesa. En ese entonces ya pesaban un poco las piernas, pero justo como lo platicábamos antes de empezar a correr, la Condesa se me hizo eterno. Pesadísimo además porque era tanta la porra que en ocasiones no cabíamos los corredores, así que no había forma de parar ni bajar el paso. En donde sí había espacios, paré algunas veces para tomar un poco de aire y hasta tuve que parar en un oxxo a comprar agua, pues algunos abastecimientos solo tenían Gatorade y yo tuve mucha sed todo el recorrido.

En la esquina de Insurgentes y Nuevo León estaría Johana, una amiga con la que correría los últimos kilómetros. No nos vimos ahí sino más adelante, pero saber que alguien más se uniría a mi carrera me mantuvo con aire. Nos vimos finalmente alrededor del kilómetro 35-36 y a mí solo me faltaban 5 pues decidí no correr un metro más después de que el Garmin marcara 32.00 kilómetros, mi papá estaba corriendo todo el maratón así que pensé correr mis 32 kilómetros y esperarlo en la carpa del equipo para que cuando pasara me fuera corriendo con el los últimos metros hasta la meta.

Para los últimos 5 kilómetros no me quedó otro remedio mas que hacer mis ya conocidas series de 900 metros, definitivamente esa iba a ser la única forma de terminar mi entrenamiento con dignidad.

Cuando el Garmin marcó 32.00 lo paré y me fui caminando hasta la carpa del equipo, mi papá pasó por ahí como 40 minutos después y juntos pasamos por la meta con una bandera del Día Mundial de la Diabetes. Él había terminado su 6o maratón (ligeramente accidentado por falta de entrenamiento) y yo había terminado mi distancia más larga hacia el Maratón de Berlín, jurando -a diferencia de lo que opinaría en el kilómetro 4 de mi entrenamiento- no correr nunca jamás el Maratón de la Ciudad de México completo, la ruta había sido una tortura.

Me sorprendió muchísimo la respuesta de la gente, había tanta que de verdad en la Condesa e Insurgentes el espacio para correr se reducía. Gente que ofrecía, como en la canción de Mecano, coca-cola para todos y algo de comer. Porras por donde quiera y mucho entusiasmo.

Con esta carrera terminé mi racha de mala suerte en las mismas, ahora no hubo incidentes físicos ni mentales que me impidieran terminar mi distancia con optimismo, al final aunque paré en pedazos me llevé una sonrisa en la cara y sobre todo la tranquilidad de que ya estoy casi lista para mi Maratón de Berlín.

Felicidades a todos los maratonistas, pero en especial a mi papá que aunque no le creo ni tantito que este fue su último maratón, logró superar sus propios límites y terminarlo sonriendo. ¡Te quiero mucho papá!


viernes, 28 de agosto de 2015

Enjoy the Ride

Es inevitable sentir emoción por el Maratón de la Ciudad de México. Muchos corredores están listos y ya ni se presentaron ayer a entrenar, los que fueron hicieron un trote ligero.

Podré ir a la expo hasta mañana, espero no haya mucha gente pues ha estado abierta desde ayer jueves. Tengo que recoger el número y si tengo suerte, comprar la taza conmemorativa de este año, tengo ya las de los dos años pasados y como no tendré las medallas al menos las tazas sí las quiero coleccionar.

Este año tampoco recogeré la "X", y como todos los años me quedaré con las ganas de tenerla. También como todos los años diré "ojalá el año quentra lo pueda correr completo", me tocaría la "I" de invencible.

A mis amigos que lo corren, les deseo un día con excelente clima, ánimos inmejorables, que no les den ganas de hacer pipí a medio camino, que encuentren completos los abastecimientos, que repitan sus frases motivadoras en los últimos kilómetros sobre Insurgentes, que se les ponga la piel chinita al entrar al Estadio Universitario, que la cerveza de celebración sea la más fría que se tomen en su vida, y que atesoren esa "X" no solo en su medallero sino en su corazón.

A los que no lo corren pero salen a las calles a echar porras, muchas gracias pues su labor es invaluable.

A los que no lo corren ni saldrán a las calles a echar porras, aguas con el tráfico, vean desde hoy las calles que van a estar cerradas y tengan paciencia, esta fiesta es una vez al año.

¡Nos vemos en la meta para que me presuman su "X"!

jueves, 27 de agosto de 2015

Experiences I Live

¡Falta exactamente un mes para el Maratón de Berlín! El entrenamiento sigue pero lo pesado termina este domingo con 32 kilómetros. El entrenamiento mental apenas empieza...

Esta mañana, el profe Benja nos preguntó qué frases motivacionales tenemos para salir adelante en un maratón, pues hay que trabajarlas y tenerlas presentes durante los momentos difíciles.

Para muchos de nosotros esto es un tema muy personal, puede ser que se relacionen con nuestra familia o nuestros seres queridos. Yo en lo particular creo que no tengo frases específicas con las cuales motivarme, sino recuerdos que me hacen seguir adelante, estos son algunos de ellos:
  • Mi pulsera "failure is not an option" que nos entregó mi coach Lili Figueroa cuando fuimos a correr el Medio Maratón de Houston en el 2011. Nos pidió que nos la pusiéramos al lado del Garmin, para que cuando viéramos el reloj recordemos que no hay vuelta atrás hacia nuestro objetivo. A la fecha, me acompaña en cada carrera que corro, se convirtió en un amuleto de buena suerte.
  • Hace algunos años tuve una carrera horrible, fue un duatlón en Valle Poniente. No pude ni siquiera rodar el trayecto completo, pues las subidas hacían que me tuviera que bajar de la bicicleta e irme caminando. Lo peor es que en ese momento entrenaba mucho más duro que ahora, fue simplemente una carrera pesada. Aún así la terminé, no recuerdo si llegué de penúltima o antepenúltima pero logré acabarla. Cuando voy corriendo y estoy cansada o quiero parar, pienso que jamás tendré una carrera tan fea como aquel duatlón, y lo que pienso es que si no me rajé entonces, no puedo rajarme ahora. Entonces, ¿cuándo me he rajado? la respuesa e
  • Cuando terminé mi primer carrera de 10K crucé la meta escuchando "All These Things That I've Done", específicamente con la frase "while everyone's lost, the battle is won with all these things that I've done". Pensé en que si entrenaba podría lograr más, y así ha sido. Seguro hay veces que tengo que sacrificar algunas cosas para lograr mis objetivos, pero con todos esos sacrificios es como los he alcanzado. Además, esa canción es parte de un video de Nike que por alguna razón me motiva muchísimo, es tan viejo que Lance Armstrong y Pistorius aparecen como héroes del deporte, aquí la liga: https://youtu.be/ONuQ_CeY2mU.
  • Este blog, no es lo mismo llegar a escribir una reseña de una carrera difícil que apenas pude terminar, a vivir mi primer DNF y tener que platicarlo. Tener un blog es un compromiso con uno mismo, y esto también se ha reflejado en mis ánimos por conquistar lo que me proponga.
Encontrar la motivación estando fatigada es para mí quizás lo más difícil de todo el proceso del maratón, pero correr maratones es adictivo, ¿seré masoquista? He dicho ya muchas veces que Berlín será mi último maratón en un buen tiempo, pero ahora que veo a mis compañeros prepararse para el Maratón de la Ciudad de México pienso si será buena idea correrlo el año siguiente.

En fin, me pregunto cuántas experiencias más se convertirán en mi motivación para seguir adelante, espero sean infinitas y que sin importar la distancia, me sigan llenando el corazón y la mente de entusiasmo.

¡A entrenar que se ocupa!

lunes, 24 de agosto de 2015

Únete a los Optimistas

Correr un maratón requiere de mucho optimismo. Hoy ese optimismo se ve en las redes sociales, en las múltiples publicaciones de la "línea azul" que marca la ruta del Maratón de la Ciudad de México. Aquí mi publicación:


Al igual que el año pasado, esta semana mis redes sociales giran alrededor del maratón; pero por alguna razón, el año pasado sentía mucho más emoción por el Maratón de la Ciudad de México que este, escribí mucho sobre este evento en mi blog e hice 3 publicaciones con reflexiones tras haber corrido 25 kilómetros en esa ruta, aquí las pueden ver: http://lilianarunning.blogspot.mx/2014/09/the-monster.html, http://lilianarunning.blogspot.mx/2014/09/de-que-te-quejas-mujer.htmlhttp://lilianarunning.blogspot.mx/2014/09/what-i-like-about-you.html.

Este año correré "solo" 32 de los 42.195 kilómetros del Maratón de la Ciudad de México, sin que eso signifique que me haré acreedora de la "X". Siento entusiasmo por recorrer esos 32 kilómetros pero no tengo nervios, confío en que los terminaré eventualmente durante la mañana del 30 de agosto. Me iré a paso cómodo, sin miedo, sin presiones y recogiendo momentos importantes de los sí maratonistas.

Como han leído en este espacio, mis últimas 2 carreras han sido un desastre, una por motivos físicos y otra psicológicos, así que espero que esta carrera de preparación tenga un mejor resultado anímico. Necesito esa motivación, quitarme la espinita de las dos anteriores para poder llegar muy contenta al Maratón de Berlín. Y si no, tampoco entraré en una racha maldita, son aprendizajes.

Respecto a mi entrenamiento, la semana anterior fue semana de recuperación, corrí pocos kilómetros y eso me hizo sentir rara aunque perfectamente sé que esto sirve para que esta semana que está cargada de distancia no sea tan terrible. Ya solo faltan 5 semanas para Berlín, se cuentan con los dedos de una mano.


En otras noticias, ayer fue la carrera de Héroes Ocultos en Monterrey, leí que fue un éxito como siempre, el año pasado tuve la fortuna de correrla y de no ser por el calor (al que ya no estoy acostumbrada), fue una verdadera fiesta. Felicidades a los organizadores y colaboradores por un año más.

Finalmente, en lo que sí hay que mantener el optimismo es con el tipo de cambio, el euro está hoy en 20 pesos y eso no le da risa a nadie, mucho menos a quienes cruzaremos el charco en los próximos días. Creo que eso es lo único que debería quitarme el sueño en las 5 semanas que nos faltan, el entrenamiento estará hecho y por lo que a eso respecta, el 27 de septiembre será un día para festejar; aunque después sufra para pagar las tarjetas de crédito tras el desfalco.

Que esa línea azul siga siendo fuente de optimismo para todos, y que cuando su color se desvanezca no olvidemos lo que eso significa.

¡A entrenar que se ocupa!

miércoles, 19 de agosto de 2015

¿Cómo Hemos Cambiado?

Adoro hacer análisis de cómo he entrenado los 3 maratones que llevo corridos, y compararlos con mi entrenamiento para este maratón.

No creo que sirva de mucho hacerlo, pero los hallazgos son los siguientes:

  • En mi primer maratón (Austin 2012), los entrenamientos los hice en días no habituales, ya que estaba estudiando y cualquier día era bueno para entrenar. Así, varias largas las hice en lunes, viernes o jueves. Corrí mi más larga de 31 kilómetros 2 semanas antes del maratón. ¿Por qué así? Solo Dios sabe, pero no respeté el taper. También durante 2 semanas mis entrenamientos "largos" no los corrí como debía y confieso que en su momento me plantee la idea de no correr la experiencia completa y correr solo el medio, no pasaría nada pues el evento es el mismo día y es cuestión de tomar el camino que dice "Half Marathon" en lugar de seguir el que dice "Full Marathon". Obviamente no me iba a acobardar y lo corrí completo. Como dato curioso, me acuerdo que me paré 7 veces al baño (literalmente 7 no es broma, fui 5 veces a hacer pipí entre la salida y el kilómetro 21, y 2 del 21 en adelante). Aún así, ha sido mi tiempo "menos peor", con la salvedad de que en ese entonces pesaba 8 kilos menos que hoy (y si Dios quiere, pesaré solo 5 menos al 27 de septiembre de 2015).
  • Para Chicago mi entrenamiento fue un desastre. Mala actitud, mal entrenamiento, mal todo. Por cuestiones que ahora ya no son gracias a Dios relevantes, mis semanas eran un caos y eso no me dejaba ni tiempo ni energías para entrenar entre semana. 2 o 3 semanas seguidas tuve que entrenar solo el fin de semana, ¿se imaginan el desastre? 7 días sin pisar pistas, y después otra larga, pasan 7 días y después otra larga. Pésima estrategia, cuando estaba corriendo el maratón juré nunca jamás en la vida volver a someterme a ese suplicio sin haber entrenado. El maratón de Chicago es sin duda alguna uno de los más hermosos del mundo, y para mi fue una experiencia horrorosa, espero pronto poder volver a ir para disfrutarlo. Como dato cultural, en ese maratón las paradas al baño se redujeron a 5 veces. ¿Mi tiempo? Para olvidar (eso sí, antes de las 6 horas reglamentarias de cierre así que puedo decir que mi medalla es totalmente oficial). Terminé enojada, maldiciendo al maratón, pero pues ya tenía inscripción garantizada para Nueva York, tenía que darle una oportunidad.
  • Para el Maratón de Nueva York me dejé llevar por una ola de mercadotecnia e intensidad, es el maratón más grande del mundo y el más anhelado para los corredores de nivel no-Boston así que tenía que presumirle a todo el mundo que iba a ir (ahora no entiendo por qué). A causa de ese maratón empecé mi blog, busqué nutriólogo, entrenador, masajista, hice mucho alarde de mis entrenamientos, y aunque los "esfuerzos" parecieron ser muchos y la experiencia fue inolvidable, el resultado fue simplemente mediocre. Tenía mucha mucha motivación pero cero fuerza, el corazón y la mente con energía a tope pero las piernas sin poder responder adecuadamente. Entrené bien las distancias largas faltando 6-7 semanas para el maratón, pero antes no mucho, los entrenamientos entre semana cero destacables y las series de velocidad de vergüenza. ¿Veces que me paré a hacer pipí? 2, una por cada 21 kilómetros (estrategia oficial implementada a partir de ese momento) ¿El resultado? 10 segundos menos que en Chicago, pero con un semblante totalmente distinto, acabé feliz, renovada, motivada, sonriente.
Para Berlín no quiero hacerme ninguna expectativa buena ni mala, en realidad creo que no me ha caído el veinte de que voy a correrlo. La motivación real acaba de tocar a mi puerta hace unos días y me sentía muy agobiada por el hecho de que hasta el domingo pasado no había corrido más de 21 kilómetros en todo el año, pero a la vez me siento más fuerte, mis series y tiempos no son dignos de admirarse y sigo siendo la última que acaba las series en el entrenamiento, pero no me importa. Estoy dando lo mejor de mí dadas las circunstancias en las que me encuentro. 

Mi objetivo a principio de año era correrlo a 4:30, ahora lo veo lejos aunque no imposible, nada es imposible. Justo al respecto, ayer Benja nos compartió una reflexión, no la voy a platicar completa pero la moraleja es que los objetivos que nos trazamos nos quedan tan lejos o tan cerca como los queramos ver. Habrá días en los que vea ese objetivo (o simplemente terminar el maratón) como algo muy lejano, pero hay días de entrenamiento en los que lo veo al alcance de mi mano.

Este fin de semana ya me adelantaron que iremos al Naucalli, mi segundo hogar. Me tocan dulces 15 kilómetros "nada más" pero serán seguro mucho más soportables que correrlos sola, me encanta el grupo de entrenamiento, aunque no llevemos el mismo paso verlos entrenar junto conmigo me da mucha motivación, y aparte el profe Benja es sensacional, punto.

¡A entrenar que se ocupa!