miércoles, 22 de octubre de 2014

I'm so excited

FALTAN 11 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

La emoción está al máximo, durante los próximos 12 días (los 11 que faltan y el día después del maratón) no hablaré de nada que no sea del Maratón. Bueno también puede que se cruce por la conversación el concierto de Café Tacuba al que iremos una vez que regresemos, lo cual también me llena de emoción.

Ya tenemos todo, cambiamos dólares, bajé la guía del corredor, vimos videos motivacionales del año pasado, revisamos la guía del espectador, revisé una y otra vez el pronóstico del tiempo, imprimí los boletos para el Monday Night Football al que iremos en Nueva York (que por cierto los Gigantes -quienes descansan esta semana- ya no juegan sino hasta ese día, lo cual me hace sentir que el maratón está ya enfrente de nosotros), he repetido el desayuno pre-maratón (avena hecha con agua de la cafetera) más de 3 veces, bajé la aplicación del evento. Todo, ya nos vamos.

Lo único que me falta es recibir mi camisa de la carrera (ojalá me quede! hace un par de semanas me quedaba medio kilito apretada) y mis geles, que vendrán en camino desde Monterrey esta tarde. También falta ver dónde cenaremos pasta el día antes del maratón, pero eso no está en mis manos en este momento.

Mi dedo también ha estado cediendo poco a poco, no he corrido pero ayer me puse los tenis durante más de dos horas y no sentí ninguna molestia, así que esta tarde mi dedo morado, mis tenis sucios y yo agarramos calle y nos calamos.

Me impresiona la emoción que me puede causar un evento así, no recuerdo haber estado tan emocionada cuando corrí el Maratón de Chicago el año pasado, o quizás lo que sucede es que no quedó registro de ello, pero creo que la parte más emocionante del maratón es sentir toda esta adrenalina venirse encima. Con esta emoción se olvidan las desmañanadas, la pesadez de correr 30 kilómetros, el haber renunciado tantas veces a "otra copita más de vino", el haber corrido 12 veces los Viveros de Coyoacán, el haber entrenado más veces con lluvia que sin lluvia, y sobre todo el haber comido más zanahorias que cacahuates durante muchas semanas más de las que hubiera querido.

Entre más pasen los días más grande serán la emoción y los nervios. Hoy soy un manojo de felicidad, soy "bright and shiny" y no me avergüenzo ni me arrepiento de ello...aprovéchenme así porque estos momentos para mí son breves destellos...

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