viernes, 18 de septiembre de 2015

You Learn

Después de muchas semanas de entrenamiento y de organizar el viaje paso a paso, por fin hoy nos vamos al Maratón de Berlín. El entrenamiento en la Ciudad de México ha terminado, y para la semana quentra con que salga a trotar 3-4 días es más que suficiente. ¿Quién no querría trotar en París, Praga y Berlín?

Ha sido por mucho un entrenamiento totalmente diferente a lo que había hecho para el resto de los maratones que he corrido, y el resultado de eso se sabrá el 27 de septiembre de 2015 alrededor del medio día. Siento que entrené menos pero estoy más fuerte, o más bien los entrenamientos se me hicieron menos pesados.

Mi objetivo desde principios de año era correr este maratón en 4:30 o menos, ese objetivo hoy lo veo difícil, nunca imposible pero tampoco creo honestamente que ese vaya a ser mi tiempo. No buscaré pretextos para justificar eso, simplemente esa será la realidad y hay que afrontarla.

Sin embargo, hay algunas pequeñas lecciones, aprendizajes y anécdotas que tuve durante este proceso de entrenamiento, estas son algunas de ellas:

1. Entrenar en la mañana no es tan difícil, cuesta trabajo las primeras veces pero con constancia y motivación, hasta los más perezosos le damos la bienvenida al sol mientras corremos. Juré completar en ese horario solo los entrenamientos matutinos estrictamente indispensables para correr Berlín, pero sin duda alguna me quedaré en este horario y grupo de entrenamiento para el futuro.

2. En este proceso de entrenamiento, tuve 2 de mis peores carreras, una por cuestiones físicas y otra por falta de motivación, pero ambas me hicieron pensar en su momento que sería una estupidez intentar correr un maratón en los próximos meses. Después entendí que esas carreras o entrenamientos para eso sirven, y creo que lejos de desmotivarme me fortalecieron. Si puedo terminar un 21K con malestar estomacal y otro emberrinchada, puedo terminar lo que sea.

3. Por fin se me quitó la uña negra del maratón de Nueva York, pero me salieron 2 uñas negras nuevas que dicen "Berlín", más las que faltan después de los 42.195 kilómetros.

4. Las pastillas Nuun son el mejor producto para correr en el mercado (obviamente sin contar el Garmin). Han cambiado mi vida por completo, Nuun eres mi nuevo mejor amigo.

5. Duelen más 10X200 que 1X2000. No hay más que decir.

6. En sabias palabras del profe Fer: "correr un maratón cansa, todos se cansan, hasta el que gana". Habrá que recordarlo en la carrera.

7. No podemos nunca sentirnos maratonistas ni sentir que ya tenemos puesta la medalla, hasta que tengamos enfrente la línea de meta. Bien dicen que "el maratón lo haces en el entrenamiento, ese día solo vas por la medalla", pero hay que dejar esa frase para que nos la digan los demás, jamás hay que repetirla para nosotros mismos.

8. Sea cual sea mi capacidad física en ese momento, SIEMPRE van a salir achaques físicos 1 o 2 semanas antes del maratón, pero son psicológicos, punto (se lo repite a sí misma, SON PSICOLÓGICOS, PUNTO).

9. Siempre es bueno traer el Dark Side of the Moon en el playlist del maratón, por si se ofrece...

10. Bajar de peso mientras uno entrena para un maratón es muy complicado, pero es posible. Solo hay que evitar caer en la tentación de "consentirnos" después de un buen entrenamiento. No bajé los 6 kilos que me sobran, pero al menos me voy con 4 menos.

No sé que como me vaya a ir en Berlín, puedo hacer mi mejor tiempo, mi peor, o quedarme a la mitad, pero lo que sé es que este proceso de entrenamiento lo he disfrutado más que ningún otro.

Prometí no volver a correr un maratón después de Berlín o al menos no en mis 30s (todavía me quedan más de 7 años en los 30s, no exageren), pero creo que me replantearé esa pregunta el 28 de septiembre.

¡A entrenar que se ocupa!

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