jueves, 4 de septiembre de 2014

Perfect

FALTAN 58 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

Vivimos en un mundo en donde todo mundo se preocupa por encontrar la perfección, en todo lo que hacemos, tanto nuestras actividades y obligaciones diarias como nuestros hobbies.

Por ejemplo, la última vez que me hice un corte de pelo la estilista me pregunto por qué tenía el pelo tan maltratado, le adjudiqué el daño al sudor y al cloro (de aquellas veces en que de repente nado) de mis entrenamientos, y me dijo que tenía que usar un shampoo especial, pues de lo contrario mi cabello seguiría maltratado de por vida. La verdad es que a pesar de que correr es un ejercicio que aparentemente es barato, los corredores gastamos muchísimo dinero en nuestro hobby (tenis, ropa, gomitas, geles, compresores, botes para correr, gorras, garmin, fitbit e incontables cosas más), por lo que no pretendo agregarle un gasto más para "echarme a perder menos el pelo" haciendo lo que más me gusta en la vida.

A este ejemplo de perfeccionismo le podemos agregar la empecinada obsesión de los corredores por ser rápidos. Frecuentemente nos encontramos con posters motivacionales que apuntan que no importa ser lento, que lo hacemos así porque amamos tanto correr que lo hacemos adrede para correr durante más tiempo, que rápido o lento una milla es una milla...y peor aún, cuando hacemos una mala carrera no queremos decir nuestro tiempo por vergüenza a que los demás piensen que somos lentos, o nos justificamos con miles de cosas que ni en nuestra mente hacen sentido.

¿Tan malo es ser lento que necesitamos tantas justificaciones? ¿Por qué la sociedad nos exige un tiempo menor al promedio?

Entiendo que correr sin mejorar nuestro desempeño es mucho menos divertido y gratificante que ir mejorando día con día, pero creo que tampoco nos debemos obsesionar por ello pues nuestras vidas no dependen de qué tan rápido o lento corramos nuestra siguiente carrera de 10K.

Quizás por pensar en que correr es solo un pasatiempo yo sigo teniendo malos tiempos, pero la verdad es que disfruto mucho correr a mi ritmo, y a pesar de que lo he mejorado y mejoraré bastante no pretendo obsesionarme con ello. Al final, corro para disfrutarlo y prefiero darme gusto a mí misma que darle gusto a los demás con mis récords.

Lejos de tener un tiempo perfecto, hoy prefiero tener una carrera perfecta, disfrutarla, sonreirle a la meta, tener algo de qué platicar al día siguiente, tener ese increíble dolorcito de piernas el resto de la tarde...todas esas cosas son hoy mi podio.

Puede ser que mañana cambie de opinión y decida convertirme en cheetara, lo cual seguro también será divertido...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario