viernes, 26 de septiembre de 2014

King of Pain

FALTAN 36 DÍAS PARA EL MARATÓN DE NUEVA YORK.

Recientemente tuve mi primer experiencia realmente desagradable dentro del entrenamiento para un maratón: los masajes deportivos.

Son odiosos, se supone que hacemos deporte para tener endorfinas y ser felices, tener una actitud positiva y sentirnos bien. Pero un masaje deportivo implica todo lo contrario, no solo me dejaron más adolorida que antes, sino que tuve que pagar por ello.

Los maratonistas somos seres bastante masoquistas, y no solo lo digo por el dolor físico al que nos enfrentamos en los entrenamientos, sino también a los padecimientos emocionales y mentales que tenemos que superar para poder lograr nuestros objetivos. Bien dicen que los maratones se corren con la mente, así que es de imaginarse el reto mental que implica correr por más de 3, 4 o 5 horas, y vuelvo a lo mismo, nos gastamos a veces hasta varios cientos de dólares para lograrlo.

El dolor viene manifestado de mil formas, y creo que nos hacemos adictos a éste. Todo dentro de sus propios límites, pero para mí no hay nada más delicioso que sentir ese dolorcito muscular leve después de un entrenamiento, me significa un logro.

Realmente hacer estos esfuerzos y sacrificios es algo que bien vale la pena, y ningún maratonista me dejará mentir al respecto, pero la realidad es que durante el proceso del entrenamiento pasamos por muchas y muy variadas emociones que nos pueden llevar hasta a dudar por qué seguimos haciendo esto una y otra vez, sobre todo si somos maratonistas reincidentes.

Yo tengo enfrente las 3 semanas más pesadas del entrenamiento, ya llevo una carrera de 28 kilómetros corridos y la gran mayoría del trabajo ya se encuentra hecho (la motivación, las bases, el compromiso y las primeras carreras largas), pero es fundamental mantenerse motivados y con energías para la recta final. Después de estas 3 semanas horribles volvemos a las bendiciones del maratón: nuevamente los entrenamientos se reducen a 5-7 kilómetros cómodos, nos olvidamos de las series de velocidad, y nuestras carreras del domingo empiezan con el número 1, no con el 2 ni con el 3.

Espero que la dolorosa experiencia de mi masaje tenga buenos resultados durante la semana y me permita poder correr más y mejor. Por lo pronto, mañana corro 20 kilómetros...suenan ya pocos...


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