martes, 4 de noviembre de 2014

Beautiful Stranger

Por fin la medalla del maraton de Nueva York es mia!

Por mucho fue el maraton que me ha parecido mas pesado pues hay que despertarse temprano, hacer filas, esperar horas en el frio, hacer mas filas, y por si fuera poco este año hubo mucho viento, asi que circular por los puentes se convirtio en una batalla de supervivencia.

Pero fue una carrera inolvidable, la experiencia de correr un major es unica y este maraton tiene algo (no sabria decir que) que lo hace muy especial.

Fue un coctel de diferentes corredores, eramos miles de mexicanos dandonos animos y porras los unos a otros, y tanta diversidad era digna de ser admirada con detenimiento. Cada corredor era una historia distinta, la ropa que llevaban para cubrirse del viento y el frio, la comida que cuidadosamente prepararon para la espera, las palabras impresas en la camisa que llevaban puesta, los mantras escritos en la mano, las sonrisas en la linea de salida...

En esa linea todos eramos iguales, corredores entrenados (haiga sido como haiga sido) listos para correr 42.195 kilometros a costa de lo que sea! Todo para terminar con un pedazo de metal en el cuello y un dolor de piernas que permanecerá por mas de 3 dias.

Esto fue el maraton, pero que me significo a mi? Eso es otra historia que pronto contare, pero lo primero que quise compartir fue como vi esta experiencia a través de los demas, como convivi durante tantas horas con muchos extraños que, como yo, seguramente vivieron obsesionados con esto durante varios meses.

Que afortunada me siento de haber vivido una experiencia asi de especial...

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