martes, 16 de junio de 2015

We're Only Gonna Die For Our Arrogance

Por fin me voy a animar a publicar esta entrada que en realidad no he querido publicar, ya que trata de una carrera que no corrí, no por lesión ni enfermedad, sino porque en realidad no la quise correr, cosa que jamás me había pasado...

Con ánimos de escribir respecto a ello me inscribí a la Carrera Bonafont, la cual como bien saben es una carrera masiva, de puras mujeres, gratis, llena de mercadotecnia, y trampolín para que muchas corredoras/caminadoras primerizas se animen a tomar el hábito de correr (al menos hasta que empiece el maratón Guadalupe-Reyes). Es la carrera de mujeres que tanto he evitado, y por la cual en su momento había decidido jamás correr una carrera sin varones.

El proceso de inscripción fue doloroso, tanto que inclusive comenté en redes sociales que en próximos años lo mejor sería hacer la inscripción por medio de rifa. Aunque lo más doloroso fue leer los comentarios de la gente en estos foros, llenos de negatividad y reclamos con un tono de demasiada exigencia totalmente fuera de lugar para una carrera no solo recreativa sino también gratuita. Me hubiera gustado leer más mensajes de optimismo que de queja, pero no fue así.

Los dos días que duró la entrega de paquetes también fueron un caos. El viernes la congestión de tráfico y mujeres hizo prácticamente imposible que los coches circularan con normalidad sobre la calle en donde se encuentra ubicado el Centro Banamex, situación que por poco me deja sin ganas de ir por mi camiseta. Finalmente me animé a ir el sábado temprano a recoger mi paquete, hice 45 minutos de fila, más de 10 minutos de lo que normalmente haría en una carrera de 5 kilómetros a ritmo tranquilo. Enfrente de mi estaba formada una señora con su hijo, pero cuando faltaban unas 100 personas para pasar, llegaron a la fila 8 mujeres más, cada una de ellas con al menos 3 inscripciones. ¿Para quién serían todas esas inscripciones? No lo sé ni quisiera averiguarlo. Lo que sí me hizo pensar ese momento es que si la entrega de paquetes estaba congestionada (hecha en 2 días y abierta más de 10 horas diarias) ¿cómo estaría la fila para recibir la medalla?

El paquete estaba bien, normal. Muy chafa la bolsa que nos dieron (se me rompió en el camino), la camiseta bien pero incómoda por el decorado que prácticamente se pega al cuerpo, nos entregaron una granola, una toalla pequeña y una botella de agua. No dieron chip, hubiera sido caótico sostenerse con un pie en la barrita para regresar miles de millones de chips al lado de todas esas mujeres.

Finalmente mi sábado transcurrió como cualquier otro, fui a entrenar, a comer, y casi al final del día decidí no correr la carrera. Me dio –honestamente –flojera levantarme a correr 5 kilómetros, la soberbia me ganó diciendo que esos 5 kilómetros los podría correr más tarde, o el lunes. Decidí que no valía la pena, y me dormí tarde. Pensé que en ese momento podría esconder en mi pasado la “aventura” de haberme inscrito y haber recogido el paquete de la Carrera Bonafont.

Me desperté el domingo como princesa, y las publicaciones de la carrera en redes sociales no me hicieron sentir culpable por no haberme levantado a correr ese día. Era una carrera más, eran 5 kilómetros, punto.

Sin embargo, entrada la semana un portal de corredores (aquí la reseña completa: https://runexperiencemx.wordpress.com/2015/06/04/mi-primera-carrera-carrera-bonafont-2015/) publicó la reseña de la carrera escrita por una corredora novata, quizás era una de las personas a quienes le dieron (¿o vendieron?) una de las 40 inscripciones que recogieron las señoras que estaban frente a mí en la fila. Empecé a leerla con incredulidad pensando ”perfecto, una mujer más que corre su primer carrera”, pero al transcurrir las líneas pensé “¡PERFECTO! ¡UNA MUJER MÁS QUE CORRE SU PRIMER CARRERA!” ¡Qué gran momento! Y esto fue lo que, al terminar de leer su reseña, le escribí en la entrada de su blog: “Me encantó tu reseña, mi primer carrera de 5 kilómetros fue en 2008 pero al leerte me transporté justo a ese momento en que te cuelgan tu primer medalla. Nunca lo olvidarás, y espero que aunque después te veas entrenando para un maratón y levantarte el domingo para correr “solamente” 5 kilómetros te parezca poco, nunca pierdas esa sensación de felicidad por hacerlo…Muchas felicidades y a darle!”

Me pregunto si hoy, dos semanas después de su primer carrera, aquella corredora ha vuelto a pisar una pista, pero lo que me queda claro es que no debí haberme quedado sin correr esa carrera de 5 kilómetros, debí haber ido a la meta a vivir con la escritora de esa entrada, y con miles de mujeres más, su primera meta cruzada, y a decirles que vendrán más, que pueden correr un maratón si se lo proponen.

En 3 días me convertí en el corredor que nunca quise ser, aquel que piensa que es ocioso levantarse temprano para correr una carrera de 5 kilómetros, aquel que se considera corredor únicamente por haber corrido maratones, aquel que corre no contra sí mismo sino contra su cronómetro.

Creo que no haber ido a la carrera me dejó más lecciones que haberla corrido. Jamás me volveré a dejar llevar por un sentimiento de superioridad o arrogancia hacia otro corredor, cualquiera que sea su experiencia, marca o número de carrera. Y vaya que si de corredores chafas hablamos, ocupo un lugar relevante en el listado...

Esta imagen lo dice todo, y aunque sigo lejos del pódium, lo que importa es que el primer paso siempre es importante, y la sensación de cruzar la meta por primera vez jamás se nos debe olvidar:


¡A entrenar que se ocupa!

P.D. Por cierto, ¿qué opinan de la frase "Despierta tu Mejor"?

1 comentario:

  1. Hola Liliana! Ve que se me aguaron los ojos leyendo esta reseña, sé a lo que te refieres pq yo me prometí casi lo mismo :(
    Igual te comparto algo q me pasó una vez que también me dejó pensando. Hay un corredor en mi grupo que según él es lento y está esforzándose por mejorar su pace; hace unos tres meses hubo una 10k y yo de burra le dije, corrámosla juntos pq según yo eso le haría bien para aprender a controlar su salida y guardar hasta el final. Sabes qué me dijo? "Yo no puedo correr contigo pq tú eres muy rápida (ya acababa de salir de una lesion y andaba como 30 segundos mas 'lenta' que el), no te preocupes, no me interesa" - Me sentí súper mal y ps dio la mala fortuna de que se lesionó y al final no corrió.
    Mi anecdota va a que todo va de lado y lado. Todos tenemos que aprender a ser bien humildes no importa en que lado del 'pace' estemos. Siempre hay alguien arriba y siempre hay alguien abajo y es nuestro deber mirar a ambos lados con optimismo y amor 😊
    Y el 'despierta tu mejor' ps qué le vamos a hacer a las fallas de traducción y mercadeo 😩 Lo triste es que pocos se cuestionan y repiten cual loritos.
    Nati
    www.navegueruns.com

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