jueves, 30 de abril de 2015

Traveling On

Faltan ya menos de 150 días para el maratón de Berlin! Menos de 5 meses y yo que todavía no tengo reservado el hotel, ni los trayectos ni nada, solo el avión.

Planear un viaje siempre es emocionante, pero para mi haber podido viajar para correr un maratón ha sido una experiencia única. Desde la emoción de inscribirse o salir en la rifa, empezar a pensar en el entrenamiento, visualizar cada carrera larga, reservar boletos de avión, hotel, eventos, y cualquier otra cosa, hacer la maleta pensando en llevar puestos los tenis y llevar en el carry-on la camiseta y shorts con los que correré, planear donde haré mi cena de carbohidratos la noche antes...

Jamás pensé tener ni la oportunidad ni las ganas de viajar tantos kilómetros para correr solo 42, y la realidad es que ese tipo de eventos siempre dejan con ganas de más. Sin dudarlo volvería a correr Chicago y Nueva York, aunque esto implique no disfrutar tanto las ciudades, ni poder pasear sin remordimientos pudiendo comer lo que quiera y andar por donde sea.

Para mí Berlín va a ser un maratón muy especial, pues no voy a dejar nada ni en los entrenamientos ni en la carrera. Quiero hacer 4:30 o menos, pero si por alguna razón no puedo no me va a importar en lo absoluto siempre y cuando lo haya dado todo.

A 150 días no me siento ni tantito lista, fui atacada por una gripa fulminante que me tuvo en reposo casi una semana, pero tengo tiempo de sobra para recuperarme y volver con más energías que antes. Por ahora, la única preocupación es encontrar hospedaje y no perder el optimismo, pues este espacio tendrá otro tono en cuanto tenga que salir a las pistas a correr 30 kilómetros o más...

¡A retomar con todo los entrenamientos, que ya casi empieza lo bueno!

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