domingo, 29 de marzo de 2015

Blue Morning, Blue Day

El viernes tuve la oportunidad de ir a una conferencia teórico-práctica impartida por Nora Toledano. Nora es una nadadora de aguas abiertas, la sexta mujer y primera latinoamericana en haber cruzado el Canal de la Mancha de ida y vuelta. Se dice fácil, pero son más de 70 kilómetros nadando sin poder ni siquiera recargarse en la lanchita, y con una pausa de escasos minutos en la costa del otro lado. Para ella fueron casi 24 horas seguidas de natación...

La plática fue más bien informativa, nos presentó los detalles más relevantes de la natación en aguas abiertas y la realidad es que es un mundo totalmente distinto a la natación "ordinaria". Después nos puso algunos ejercicios entre los que estaban aprender a respirar de los dos lados (respiración bilateral, le llaman), nadar con la cabeza de fuera como cocodrilo, y nadar en pelotón para acostumbrarnos a los codazos y patadas.

Yo pensaba que la natación de aguas abiertas consistía únicamente en nadar en mar abierto y en competencias del estilo del Canal de la Mancha; pero también incluye nadar el ríos o lagos, por lo que prácticamente cualquier triatleta que haya hecho algún triatlón (que no sea el de Monterrey) puede palomear de su "bucket list" ese objetivo, incluyéndome.

Otro hallazgo sorprendente es que al hacer la parte práctica me di cuenta de que mi natación es igual o mejor que el resto de los atletas que compartieron conmigo la conferencia, inclusive -sin temor a sonar soberbia- yo era de las pocas que realmente podía respirar por los dos lados, técnica que aprendí aproximadamente a los 8 años con las maestras de natación más sanguinarias de la época. Además, la gran mayoría de los asistentes eran triatletas buscando una razón para no seguir odiando la natación, mi caso es distinto pues realmente es un deporte que me gusta practicar, me relaja y me hace sentir motivada.

Esto me lleva a pensar que algún día debería entrenar natación como Dios manda, creo que ya suficiente ventaja les llevo a los demás al no odiar ese deporte.

Al final, Nora me firmó la copia de su libro "A Cada Brazada: El Azul Interminable" con el siguiente mensaje de motivación:

Empecé a leer su libro hace un par de años y me quedé a la mitad. Quedé en ridículo cual candidato presidencial en Feria del Libro, pero le prometí a Nora que este año lo terminaría.

El encuentro me encantó, a pesar de que su plática no tuvo tintes motivadores su sola compañía sí logró ese objetivo, fue una excelente mañana de viernes que ojalá se pudiera repetir más seguido...

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