lunes, 30 de marzo de 2015

Here Comes the Night Time

Desde el 2009 juré no volver a correr una carrera nocturna. Pasaron 6 años y me di la oportunidad de hacerlo de nuevo, principalmente porque el año pasado escuché maravillas de la Carrera Energizer, e incentivada por el hecho de que la correría gratis, pues gracias a Runner's World me gasté solo 100 pesos en los taxis de ida y vuelta (¡bendito Uber!).

Aquella vez recuerdo que la carrera fue un viernes de agosto (o en algún mes caluroso) en el Parque Fundidora de Monterrey, fue un "5K nocturno" pero en realidad había mucho sol, empezó alrededor de las 7 de la tarde. Se llamaba Rock & Run y la medalla tenía impresa la imagen de Michael Jackson pues habría muerto algunas semanas atrás (aunque MJ es el rey del pop, pecata minuta). Fueron desgastantes el calor y la logística de ir al medio día por el número y regresar horas después a correr al mismo lugar.

Sin embargo, la experiencia de la Energizer Night Race fue distinta. Primeramente por el clima, lluvia y granizo amenazaban la tarde, pero finalmente cedieron. Comenzamos la carrera con un clima excelente y 40 minutos después de haber arrancado comenzó a chispear y después a llover. Una lluvia leve, nada grave...

Los primeros kilómetros fueron interesantes, decidí ponerme en la cintura la linterna que nos dieron en el paquete de competidor (su uso era obligatorio), pues al calentar con ella en la cabeza me di cuenta de que no alumbraría el camino salvo que corriera los 10 kilómetros con la vista hacia el piso (postura totalmente incorrecta), y que de no ver con claridad el camino un tropezón sería inminente. Persona que me veía con la linterna en la cintura cuchicheaba con el de junto mientras me observaba, pero decidí que no era prudente dar explicaciones, cada quien corre como mejor le plazca y si 4999 personas querían correr sin ver el piso o con una postura incorrecta, no sería mi problema.

Pasando un par de tropezados tuve que hacer una parada técnica en un baño de un estacionamiento, lo cual me pudo haber costado de 2 a 3 minutos de tiempo. Las ganas de hacer pipí eran incontenibles, no había opción.

Los últimos kilómetros fueron un martirio, en la ruta o subías o bajabas, ni un centímetro era plano, y sin darme cuenta había corrido del kilómetro 2.5 al kilómetro 5 a un paso de aproximadamente 5:50 por kilómetro. ¡Ni las series de 2,000 que he estado haciendo me han salido a ese paso! Yo quería correr a 6:40 pero la adrenalina y el gel con chía que me comí en el primer abastecimiento hicieron de las suyas. El resultado era de esperarse, en los últimos kilómetros tuve que parar ocasionalmente con dolor de caballo, cansada pero con ganas de seguir igual de rápido.

Al final terminé la hazaña en 1:11, ni mal ni bien considerando las circunstancias. Nos dieron la medalla, agua, gatorade y fruta (totalmente fuera de lugar dar fruta después de una carrera nocturna, mal ahí), ni estiré y me fui a buscar Uber antes de que la gente decidiera irse y se saturara de nuevo el internet.

A los 15 minutos llegué a casa, estiré durante un largo tiempo, me bañé, me cambié para ir a una fiesta que tendría en la Condesa, cené algo ligero y...caí. ¡A dormir, hoy no se sale!

Me gustó la carrera, había mucha gente motivada y la realidad es que fuera de ser funcional se veían increíbles las linternas en la cabeza de todos los corredores (menos en la mía). Sigo sin entender por qué si mis entrenamientos son por la tarde esta vez quedé totalmente agotada y sin energías, pero creo que algo tuvo que ver el hecho de que no hice buen trabajo en llevar un paso estable.

Todavía tengo mucho que entrenar, las últimas carreras que había corrido lo había hecho "por terminarlas" sin realmente sentir que puedo ir más rápido y hacerlo mejor. Esa noche entendí que puedo hacerlo, si sigo entrenando y le sigo echando ganas a la dieta, más pronto que tarde podré romper mi marca de 57:15.

No sé si volvería a correr una carrera nocturna, pero por lo pronto ya no les tengo odio. Si nunca han corrido la Carrera Energizer anímense el año quentra, pero prueben usar la linterna en la cintura y en la cabeza a ver dónde les sienta mejor sin arriesgar su postura, y asegúrense de cancelar desde antes cualquier plan de fiesta posterior a sus 10 kilómetros pues acabarán, aunque sonrientes, con las piernas destrozadas.

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