jueves, 19 de marzo de 2015

A Day in the Life

Hace un par de semanas fui al evento Running Day en Monterrey, organizado por Runner's World. Dos cosas sobresalieron sobre el resto del evento (que estuvo en su totalidad excelente).

La primera fue conocer al Sr. Haile Gebrselassie. Jamás pensé que iba a tener enfrente a Haile; en realidad nunca fue un sueño conocerlo a él como lo es conocer a Alanis Morissette o a Florence Welch. Pero circunstancialmente y sin que en el pasado haya sido una figura de gran influencia para mí, así fue.

Resultó bastante interesante escucharlo hablar. Por más que hemos leído de él no es lo mismo verlo en persona, y su mensaje no fue de superación personal estilo "síganle entrenando, ahí la llevan, vayan por Boston, sí se puede, si yo puedo tú puedes", sino que se centró en lo más profundo de los sentimientos más básicos de un corredor.

Haile nos dijo que correr es nuestra vida y que es lo único que tenemos que seguir haciendo, incluso hasta nos hizo prometer que así sería. Jamás habló de tiempos, competencias, objetivos, medallas, solo de correr, por correr, porque él sabía que para los que estábamos ahí sentados frente a él, correr es nuestra vida. Nos dio también un mensaje de lucha en contra del sedentarismo y la obesidad, y nos invitó a no dejarnos "apendejar" -no lo dijo con esa palabra pues la plática fue en inglés, pero estoy segurísima de que eso fue lo que él quiso decir- por la tecnología.

Haile no solo es el mejor maratonista de los últimos tiempos (el Michael Jordan o Michael Phelps del atletismo pues), sino que también se muere de ganas de hacer cosas por su país, por mejorar la calidad de vida de los etíopes, por dar fuentes de empleo, inclusive quiere ser presidente. No solo es un gran atleta, es un gran ser humano.

El otro tema fue compartir el evento con mi entrenador Benjamín Paredes; pero sobre todo, valorar su trabajo y compañía en cada entrenamiento. Muchas veces no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que alguien más nos lo hace notar, y la realidad es que formar parte de su equipo es un regalo que pocos tienen y que debo aprovechar al máximo.

De este evento me llevo la motivación de seguir adelante y el compromiso de disfrutar más mis entrenamientos, de no dejarme asustar por las distancias largas, de desafiar a las abdominales y encararlas con más gusto que pena cada vez que se me presenten, de confiar en el entrenador y no dejarme guiar por mi instinto amateur.

Me hubiera encantado ir al Running Day de la Ciudad de México para conocer a Rich Roll (sobre todo porque su audiolibro me ha estado acompañando en el tráfico en las últimas semanas). De verdad si tienen oportunidad de ir el año quentra a este evento se los recomiendo muchísimo, saldrán con una sonrisa, garantizado!

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