Por fin me voy a animar a publicar esta entrada que en realidad no he querido publicar, ya que trata de una carrera que no corrí, no por lesión ni enfermedad, sino porque en realidad no la quise correr, cosa que jamás me había pasado...
Con ánimos de escribir respecto a ello me inscribí a la
Carrera Bonafont, la cual como bien saben es una carrera masiva, de puras mujeres,
gratis, llena de mercadotecnia, y trampolín para que muchas
corredoras/caminadoras primerizas se animen a tomar el hábito de correr (al
menos hasta que empiece el maratón Guadalupe-Reyes). Es la carrera de mujeres
que tanto he evitado, y por la cual en su momento había decidido jamás correr
una carrera sin varones.
El proceso de inscripción fue doloroso, tanto que inclusive
comenté en redes sociales que en próximos años lo mejor sería hacer la
inscripción por medio de rifa. Aunque lo más doloroso fue leer los comentarios
de la gente en estos foros, llenos de negatividad y reclamos con un tono de demasiada exigencia totalmente fuera de lugar para una carrera no solo recreativa sino también gratuita. Me hubiera
gustado leer más mensajes de optimismo que de queja, pero no fue así.
Los dos días que duró la entrega de paquetes también fueron
un caos. El viernes la congestión de tráfico y mujeres hizo prácticamente
imposible que los coches circularan con normalidad sobre la calle en donde se
encuentra ubicado el Centro Banamex, situación que por poco me deja sin ganas
de ir por mi camiseta. Finalmente me animé a ir el sábado temprano a recoger mi
paquete, hice 45 minutos de fila, más de 10 minutos de lo que normalmente haría
en una carrera de 5 kilómetros a ritmo tranquilo. Enfrente de mi estaba formada
una señora con su hijo, pero cuando faltaban unas 100 personas para pasar,
llegaron a la fila 8 mujeres más, cada una de ellas con al menos 3
inscripciones. ¿Para quién serían todas esas inscripciones? No lo sé ni
quisiera averiguarlo. Lo que sí me hizo pensar ese momento es que si la entrega
de paquetes estaba congestionada (hecha en 2 días y abierta más de 10 horas
diarias) ¿cómo estaría la fila para recibir la medalla?
El paquete estaba bien, normal. Muy chafa la bolsa que nos
dieron (se me rompió en el camino), la camiseta bien pero incómoda por el
decorado que prácticamente se pega al cuerpo, nos entregaron una granola, una
toalla pequeña y una botella de agua. No dieron chip, hubiera sido caótico
sostenerse con un pie en la barrita para regresar miles de millones de chips al
lado de todas esas mujeres.
Finalmente mi sábado transcurrió como cualquier otro, fui a
entrenar, a comer, y casi al final del día decidí no correr la carrera. Me dio
–honestamente –flojera levantarme a correr 5 kilómetros, la soberbia me ganó
diciendo que esos 5 kilómetros los podría correr más tarde, o el lunes. Decidí
que no valía la pena, y me dormí tarde. Pensé que en ese momento podría
esconder en mi pasado la “aventura” de haberme inscrito y haber recogido el
paquete de la Carrera Bonafont.
Me desperté el domingo como princesa, y las publicaciones de
la carrera en redes sociales no me hicieron sentir culpable por no haberme
levantado a correr ese día. Era una carrera más, eran 5 kilómetros, punto.
Sin embargo, entrada la semana un portal de corredores (aquí
la reseña completa: https://runexperiencemx.wordpress.com/2015/06/04/mi-primera-carrera-carrera-bonafont-2015/)
publicó la reseña de la carrera escrita por una corredora novata, quizás era
una de las personas a quienes le dieron (¿o vendieron?) una de las 40
inscripciones que recogieron las señoras que estaban frente a mí en la fila. Empecé
a leerla con incredulidad pensando ”perfecto, una mujer más que corre su primer
carrera”, pero al transcurrir las líneas pensé “¡PERFECTO! ¡UNA MUJER MÁS QUE CORRE SU
PRIMER CARRERA!” ¡Qué gran momento! Y esto fue lo que, al terminar de leer su
reseña, le escribí en la entrada de su blog: “Me encantó tu reseña, mi primer carrera de 5
kilómetros fue en 2008 pero al leerte me transporté justo a ese momento en que
te cuelgan tu primer medalla. Nunca lo olvidarás, y espero que aunque después
te veas entrenando para un maratón y levantarte el domingo para correr
“solamente” 5 kilómetros te parezca poco, nunca pierdas esa sensación de
felicidad por hacerlo…Muchas felicidades y a darle!”
Me pregunto si hoy, dos semanas después de su primer carrera, aquella corredora ha vuelto a pisar una pista, pero lo que me queda claro es que no debí haberme quedado sin correr esa carrera de 5 kilómetros,
debí haber ido a la meta a vivir con la escritora de esa entrada, y con miles
de mujeres más, su primera meta cruzada, y a decirles que vendrán más, que
pueden correr un maratón si se lo proponen.
En 3 días me convertí en el corredor que nunca quise ser,
aquel que piensa que es ocioso levantarse temprano para correr una carrera de 5
kilómetros, aquel que se considera corredor únicamente por haber corrido maratones, aquel que corre no contra sí mismo sino contra
su cronómetro.
Creo que no haber ido a la carrera me dejó más lecciones que
haberla corrido. Jamás me volveré a dejar llevar por un sentimiento de
superioridad o arrogancia hacia otro corredor, cualquiera que sea su experiencia, marca o
número de carrera. Y vaya que si de corredores chafas hablamos, ocupo un lugar relevante en el listado...
¡A entrenar que se ocupa!
P.D. Por cierto, ¿qué opinan de la frase "Despierta tu Mejor"?
Hola Liliana! Ve que se me aguaron los ojos leyendo esta reseña, sé a lo que te refieres pq yo me prometí casi lo mismo :(
ResponderBorrarIgual te comparto algo q me pasó una vez que también me dejó pensando. Hay un corredor en mi grupo que según él es lento y está esforzándose por mejorar su pace; hace unos tres meses hubo una 10k y yo de burra le dije, corrámosla juntos pq según yo eso le haría bien para aprender a controlar su salida y guardar hasta el final. Sabes qué me dijo? "Yo no puedo correr contigo pq tú eres muy rápida (ya acababa de salir de una lesion y andaba como 30 segundos mas 'lenta' que el), no te preocupes, no me interesa" - Me sentí súper mal y ps dio la mala fortuna de que se lesionó y al final no corrió.
Mi anecdota va a que todo va de lado y lado. Todos tenemos que aprender a ser bien humildes no importa en que lado del 'pace' estemos. Siempre hay alguien arriba y siempre hay alguien abajo y es nuestro deber mirar a ambos lados con optimismo y amor 😊
Y el 'despierta tu mejor' ps qué le vamos a hacer a las fallas de traducción y mercadeo 😩 Lo triste es que pocos se cuestionan y repiten cual loritos.
Nati
www.navegueruns.com