Después de casi un mes sin escribir absolutamente nada en este blog, creo que es tiempo de regresar. No por no escribir quiere decir que no he entrenado, pero la realidad es que lo he hecho poco.
Regresando de San Francisco me tomé una semana de descanso total, después tuve dos semanas de entrenamiento itinerante y finalmente la semana pasada fue otra vez de descanso total, pero esta vez no por fatiga sino porque hacía mucho tiempo que no tomaba una semana de vacaciones de todo.
A partir de mañana estaré empezando una nueva etapa laboral, y tendré que cambiar mis horarios radicalmente para poder cumplir con mis obligaciones y responsabilidades en el trabajo. Esto significa que las mañanas será el único momento del día en donde podré entrenar, más reto aún para terminar el año. Si dentro de esto tengo que inscribirme a un maratón para disciplinarme y obligarme a recorrer las pistas, ya veré cómo lo resuelvo.
Para este año ya no queda casi nada por correr, el domingo tengo una carrera-peregrinación de 10 kilómetros a la Basílica de Guadalupe, y el 31 de diciembre tengo la Carrera San Silvestre. Esta última servirá para medirme pues hace dos años la corrí en aproximadamente 1:14 (estaba totalmente oxidada por no correr absolutamente nada desde el 13 de octubre que corrí el Maratón de Chicago hasta ese día) y el año pasado hice 1:10. En las fotos del año pasado me veo mucho más gorda que ahora, pero aún así tendré que estar "a dieta" y no bajarle al entrenamiento de las próximas semanas, para poder hacer entre 1:03 y 1:05. ¿Podré lograr esto en noviembre y diciembre?
¡A entrenar que se ocupa!
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